Santuario Guadalupano de Zamora en Michoacán.
Fotografía de Ricardo Galván Santana y Francisco Magdaleno Cervantes.

lunes, 23 de mayo de 2011

La Calzada Zamora - Jacona

Según datos proporcionados por el maestro Álvaro Ochoa Serrano, profesor-investigador de El Colegio de Michoacán, el Boletín de Geografía y Estadística de la República Mexicana, presentado al Supremo Gobierno por la Comisión de Estadística Militar, fechado en octubre de 1849, de un estudio realizado por don Ignacio Piquera, dice:

“El camino que había de la ciudad de Zamora al pueblo de Jacona se anegaba tanto en tiempo de aguas, que los indígenas que llevaban a vender sus verduras tenían que desnudarse casi enteramente, hasta que habiendo hecho alto allí a principios de 1824 los generales Bravo y Negrete con las tropas que llevaban sobre Jalisco, las destinaron algún tiempo a la formación y empedrado de una calzada de cerca de una legua, y fue tan bien ejecutada, que aún en la época de más copiosas lluvias se recorre sin molestia.”

Lo más probable es que el acontecimiento a que hace referencia el Boletín citado sea la primera versión de la calzada Zamora-Jacona.

Don Francisco García Urbizu, célebre cronista de nuestra ciudad, escribió sobre la calzada: «Era La Luneta el mejor paseo de Zamora, construida en 1865 tenía en sus extremos las cuatro almenas que vemos hoy, muy cuidadosamente labradas.


Por media Luneta pasaban cada media hora, los tranvillitas de mulas a velocidades galopantes que hoy serían de tortuga...

Dominguero era este paseo, y también de las fiestas de guardar. Alegre y evocador. Concurrido y animado, a la caída de la tarde, por las bandas de música y aliento de don Issac Calderón, compositor de renombre, y de Rafael López y Sacramento Aguilar.

En aquellos tiempos abundaban las músicas y el gusto de oírlas. Gente catrina y del pueblo se congregaban en La Luneta para disfrutar de la retreta pueblerina... Por la calzada a Jacona (que hoy lleva el nombre de Perfecto Méndez Garibay), empedrada con fina piedra de río y entoldada por el verde ramaje de añosos fresnos, plantados por don Jesús Matas, iban los numerosos paseantes al regocijo dominical…

La Luneta era y sigue siendo un lugar hermoso, ahora casi solitario por el peligro que el tráfico de coches entraña para el paseante; pero es la avanzada de la ciudad; saluda al que llega, da el adiós al que ‘se va, y es la última impresión que de Zamora se lleva el viajero. También nuestro poeta, don Francisco Elizalde García se inspiró en la Calzada. En su Tríptico Elizaldiano dice así de la Calzada:

Eras ritmo de garzas tan divino,
que semejabas sinfonías sin fin.
Perfecto Méndez Garibay, su sino
allí escribió en historia y en confín. . .
Marca tu vía nuestro ancestral destino
perfumado a laurel y camichín.
Fue el anhelo del dulce plancartino
en su paterno y visional trajín.
A mi nostalgia vuelves,
y el retorno es mandolina
y flor de chachamol, muchacha
y barca en femenil contorno.
                                                                   De dos matrias fraternas, el fistol eres.
                                                                   Calzada mía, grácil adorno
                                                                   y eternizado prisma de arrebol...

Ahora, mientras la nueva obra avanza, todo se transforma en carretera.

Texto de Jaime Ramos Méndez con fotografías de Alberto Vázquez Cholico

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buen dia Lic. Jaime, aver si podría proporcionarme las fechas de las 2 ultimas fotografías de la calzada con el fin de completar un documento educativo. arq.gonzo@hotmail.com le agradecería la información.

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