Santuario Guadalupano de Zamora en Michoacán.
Fotografía de Ricardo Galván Santana y Francisco Magdaleno Cervantes.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Apuntes para la Historia de la Villa de Tangancícuaro XI - Martín Sámano Magaña


Cruel represalia de un
guerrillero piromaniaco.

Desalentado el pueblo de Tangancícuaro por la captura y sacrificio de don José Antonio Torres y la confirmación de la muerte de don José María Morelos, alma y brazo poderoso de la causa insurgente, determinó volver a la obediencia del gobierno virreinal y, el día 15 de febrero de 1816, hizo entrega de la plaza al comandante de la ciudad de Zamora, coronel Andrade, representado por el capitán Rojas.

Ocho meses después, horas antes del amanecer del día 30 de octubre, despertó el vecindario sobresaltado al escuchar, por diferentes rumbos del poblado, disparos de fusil, carreras de caballos y gritos estentóreos vitoreando al cura Torres y la libertad de América.

A las 10 de la mañana de ese mismo día, por órdenes del
mencionado guerrillero, quien comandaba la partida insurgente
que sorpresivamente se apoderara de la plaza durante la noche,
se reunieron frente a la alcaldía los jefes de familia del lugar,
para oír la sentencia aterradora de que la población sería incendiada,
como castigo a la infidencia de sus habitantes a la causa de la libertad,
siendo advertidos, además, de disponer sólo de seis horas para poner
a salvo las pertenencias que les fuese posible.

Las imploraciones de perdón, que de rodillas hiciera
para Tangancícuaro el bachiller don José Rafael Sarabia,
no fueron escuchadas por el inconmovible guerrillero
y la sentencia tuvo que ser ejecutada.

El pueblo entero, angustiado por aquel infortunio
nunca imaginado, llevando a cuestas los objetos
de su mayor aprecio, salió de sus hogares en medio del
llanto de mujeres y niños y el coraje de los hombres
frenado por la impotencia para impedir
tal acto de barbarie.

La multitud acampó aquella tarde inolvidable
en la falda de una pequeña loma que se
encuentra al poniente del lugar, donde presenció
con estoico valor cómo era devorada por el fuego
la víctima de la pasión sectaria que alentaba
el espíritu de ambos bandos rivales.

A la primeras horas del siguiente día, cuando la gente de Torres
habíase puesto en marcha de regreso al fuerte de los Remedios,
de donde procedía, aquella muchedumbre que pasara la noche
anonadada ante el espectáculo de su desgracia,
bajó precipitadamente a su solar querido,
con la vana esperanza de encontrar algo que el fuego
hubiese respetado, hallando solamente
ruinas humeantes de lo que había sido su pueblo.

Unicamente quedaron en pie, salvadas del incendio por órdenes del
jefe guerrillero, la pequeña parroquia el hospital y la casa tres veces
centenaria que había sido convento de los frailes agustinos.l

Como consecuencia de los hechos dolorosos que dejamos
señalados, fue destituido de su cargo el comandante interino
de la Provincia de Valladolid, el teniente coronel Linares,
por considerarse responsable de tan lamentable suceso,
siendo substituido por el coronel don Matías Martín y Aguirre.

Después de la catástrofe a que nos hemos referido, “la dinámica y
progresiva comunidad de Tangancícuaro”, como la califica en alguna
de sus obras el maestro Jesús Romero Flores, puso punto final a
sus lamentaciones y dio principio a la reconstrucción del poblado.

Se derrumbaron los escombros, se procedió a la nivelación y trazo
de sus calles conforme al primitivo plano, aunque ya no se
respetaron de éstas ni su anchura ni su rectitud, debido a aquel
momento de anarquía relativa, pues la mayor parte de los vecinos
invadieron espacios de dichas arterias y pocas veces tomaron en
cuenta la alineación correcta, razón que dio lugar a lo estrecho y
sinuoso de muchas de ellas.

A cuatro años de la fecha antes mencionada,
dio principio la construcción de la parroquia actual,
en terreno donado por don Victorino Jasso.

Era por entonces teniente de cura del lugar
el bachiller don José María Álvarez del Castillo y colaborador
activo de tal obra, el bachiller don Vicente del Río quien, como
veremos más adelante, edificó con su propio peculio el santuario
del Señor de la Salud, capilla que, como también se verá en su
oportunidad, fue incendiada el 19 de abril de 1970.

1 Ya en otro capítulo hemos dicho cuál fue el final
de la primera iglesia del lugar; en cuanto al edificio
venerable por su antigüedad y remembranza histórica,
el que después de haber servido de asilo para mujeres
jóvenes sin hogar y hoy sus ruinas siguen alojando una
escuela primaria, fue demolido en parte por el profesor
Ramón Chávez Madrigal, el año de 1961 (no obstante
su perfecto estado de conservación), con el propósito
de edificar una nueva escuela, proyecto que jamás cristalizó.


martes, 28 de febrero de 2012

Cerros Cuates desde El Opeño, en Jacona Michoacán - Fotografía de Víctor Javier López Mendieta


lunes, 27 de febrero de 2012

Diablitos motorizados de Ocumicho, Michoacán - Fotografía de Sergio Alfaro Romero


Volcán La Beata desde Orandino en Jacona, Michoacán - Fotografía de Israel López Ruiz


Galería de fotógrafos michoacanos - Mi bici y yo - Jaime Cristóbal López, de Tarecuato


Detalle de los capiteles en las columnas del Teatro Obrero de Zamora, Michoacán - Fotografía de José Luis Espinoza Melgoza


Kiosco de la Plaza Principal de Tingüindín, Michoacán - Fotografía de Juan Carlos Zamudio Mendoza


Cerro de la arena y vista de la salida hacia Los Reyes desde Tingüindín - Fotografía de Luis Francisco Duarte Medina


Parque Nacional Lago de Camécuaro en el municipio de Tangancícuaro, Michoacán - Fotografía de Omar Fernández


Rosetón gótico frontal del Santuario Guadalupano en Zamora - Fotografía de Ricardo Cruz


El Heraldo de Zamora (1924) - Antiguos periódicos zamoranos


Un esfuerzo por recuperar el patrimonio histórico de Ario de Rayón, Michoacán - Por Amparo Solís Barragán


“El patrimonio no existe
si no hay comunidad
que lo reconozca
como tal.”
Nelly Sigaut

El Centro de Estudios Superiores 1º de Mayo
firmó convenio de colaboración con la Asociación Civil
Al rescate del patrimonio Histórico de Ario de Rayón, Michoacán


Ario de Rayón, Mich., 8 de febrero de 2012. —La firma del convenio de colaboración entre el Centro de Estudios Superiores 1º de Mayo (CES 1º de Mayo) y la Asociación Civil Al Rescate del Patrimonio Histórico de Ario de Rayón, Michoacán, es el inicio de un proyecto de restauración y conservación de los vestigios de la Escuela Primaria Federal Narciso Mendoza, de esta población.

El acto de firma se llevó a cabo este día durante un sencillo acto protocolario en las instalaciones del CES 1º de Mayo, ubicadas en Morelos Norte número 79  de Zamora, a las 9 de la mañana, en la que fueron testigos los regidores de Educación, maestra Cristina Reyes Pérez, y de Obras Públicas, Miguel Ángel Navarrete. Además de los arquitectos Sergio Pérez Sustaíta, director de la Licenciatura en Arquitectura, y Ángel Gutiérrez Equihua, quien se hará cargo del proyecto de conservación.

Se contó en la mesa del presídium con la presencia y participación de la doctora Nelly Sigaut, de nacionalidad argentina, profesora investigadora del Centro de Estudios Históricos del Colegio de Michoacán, especialista en historia del arte, quien denunció la pérdida del patrimonio histórico de Zamora porque no ha habido quien lo cuide.


La doctora Sigaut fue contundente al denunciar que por motivos políticos “y no hay que tenerle miedo a la palabra”, dijo, se han destruido muchos edificios arquitectónicos en Zamora sin que nadie haga ni diga nada. Fue entonces cuando afirmó que “el patrimonio no existe si no hay la comunidad que lo reconozca como tal, desde cualquier punto de vista: histórico, de identidad, por su vida, por su pasado o por lo que significa para su momento”.

Cabe señalar el apoyo y la presencia de la directora del Centro de Estudios Superiores 1º de Mayo, maestra María Eugenia González, quien dio la bienvenida a los asistentes y los nombró testigos de este evento. Subrayó que el Centro es para el apoyo de la sociedad y que le daba gusto que la comunidad de Ario de Rayón acudiera a esta institución para trabajar por el rescate de la escuela Narciso Mendoza. Visiblemente emocionada, dijo que era un orgullo para la institución formar parte de este proyecto.

En su intervención el arquitecto Pérez Sustaíta hizo una breve semblanza de la historia de la Escuela Primaria y a continuación el profesor Ismael Morales Cervantes, representante legal de la asociación civil, dio lectura a la solicitud de apoyo para la realización de un proyecto de conservación de los vestigios históricos de esta escuela que es de suma importancia para Ario por la historia que representa.

Aceptada la solicitud, el arquitecto con maestría en restauración, Ángel Gutiérrez Equihua, explicó en qué consistirá el proyecto de conservación que va desde el planteamiento de un análisis del sitio, la formulación de un marco teórico a través del cual se fundamente la propuesta, un levantamiento planimétrico detallado del estado actual, y finalmente una propuesta de solución arquitectónica de conservación.

También comentó que tal vez para muchos no tenga importancia ni se considere como histórico el edificio, “pero lo que sucedió ayer ya es historia”, así que, sobre todo para los habitantes de Ario, este edificio “representa historia y de ahí la inquietud por conservarlo y darle el valor que realmente tiene a pesar del abandono en que se encuentra”.

Otros de asistentes al evento fueron el secretario del Colegio de Arquitectos de Zamora, arquitecto José Luis Caballero; el arquitecto Juan Carlos Magaña, suplente de la Dirección de Planeación y Obras Públicas del Ayuntamiento  de Zamora, y Jaime Ramos Méndez, periodista comprometido con la conservación del patrimonio arquitectónico de la ciudad, además de alumnos de la institución académica.

Los alumnos de 6º semestre de arquitectura, que desarrollarán el proyecto con la ayuda de los directivos de la carrera, son: Rafael Contreras Aguilar, Alberto Iram Fernández Martínez, Diana Margarita Martínez Torres, José Antonio Rodríguez Meza, Gabriela Vargas Cruz y Maritza Velázquez Galván.

Miguel Ángel Navarrete, regidor de Obra Pública del Ayuntamiento de Zamora, hizo patente el interés por parte de la administración municipal en el sentido de las acciones que realizan las organizaciones sociales y escuelas de la comunidad.

Alabó que el CES 1º de Mayo inculque en sus alumnos la inquietud de conservar y no de destruir y de participar con la ciudadanía. A los vecinos de Ario les dijo que “la administración se une a ustedes en esa inquietud que tienen de preservar”.

La regidora de educación y cultura, maestra Cristina Reyes Pérez, manifestó su beneplácito porque las universidades se involucren en apoyo a la sociedad.

Posteriormente se llevó a cabo la firma del convenio entre el CES 1º de Mayo, representado por la Maestra María Eugenia González y el arquitecto Sergio Pérez Sustaíta, y la Asociación Civil, a través del profesor Ismael Morales Cervantes, de Genoveva Sánchez Vaca y de Amparo Solís Barragán. El acto de firma culminó mostrando los documentos formados a los presentes, quienes lo rubricaron con un aplauso.






La Asociación Civil

Se formó por la inquietud que tienen los habitantes de rescatar y preservar los bienes tangibles e intangibles de la comunidad de Ario, como son sus monumentos, edificios, arquitectura, música y tradiciones..., debido al interés y la urgencia que existe por restaurar la escuela Narciso Mendoza, que es la primer obra en la que trabaja.

La Asociación quedó conformada por Ismael Morales Cervantes, como presidente; Genoveva Sánchez Vaca, secretaria, y Amparo Solís Barragán, tesorera, además de Alicia Mesa Marrón, Cristo Jesús Gómez Zamora, Juan Alberto Aceves Rodríguez, Josefina Solís Barragán, Alejandra Mosqueda González, Mónica Patricia Espinosa Cervantes, María Teresa Peña Gómez, Leticia Rodríguez Flores, Cristina Magaña Apolinar y Felipe Peña Verduzco, como vocales. La representación legal recae en el profesor Ismael Cervantes Morales, y la comisaría en el señor Luis Zamora Rodríguez. Todos ellos originarios de ésta, que es la tenencia más grande del municipio de Zamora.

La Asociación cuenta con el apoyo y participación de la ciudadanía y los ejidatarios representados por sus comisariados ejidales Juan Arellano Esqueda, de la comunidad “Grande”; de Francisco Mendoza Murillo, de la comunidad de “Potrerillos”; de Salvador Cuadra Peña, de la comunidad de “Villa Zapata” y del jefe de tenencia, José Luis Morales López.

domingo, 26 de febrero de 2012

Alfarería michoacana de Patamban - Fotografía de Sergio Alfaro Romero


Panorámica desde el Cerro Grande de Patamban - Fotografía de Omar Fernández


Mariachi de Purépero en su templo parroquial - Fotografía de Juan Carlos Zamudio Mendoza


Centro Regional de las Artes de Michoacán - Fotografía de José Luis Espinoza Melgoza


Panorámica de Sahuayo, Michoacán, desde el camino al Santuario del Niño Cristero - Fotografía de Carlos Magaña Díaz


Dulcería típica zamorana - Fotografía de Carlos Pizarro Nieto


Arboleda de la Xhemba, manantial en Tingúindín, Michoacán - Fotografía de Luis Francisco Duarte Medina


Palomar en Plaza Las Palomas, en Zamora Michoacán - Fotografía de Anuar Etskuny


Vieja casona en Ecuandureo, Michoacán

Fotografía publicada por Raúl Torres en la página de Facebook Ecuandureo, Michoacán de Ocampo, México.

Galería de fotógrafos michoacanos - Atardecer - Jaime Ramírez, de Zamora


Niños y palomas en la Plaza Principal de Zamora, Michoacán - Fotografía de Israel López Ruiz


Flores silvestres de Tarecuato - Fotografías de Jaime Cristóbal López












martes, 21 de febrero de 2012

Catedral de la diócesis de Zamora, Michoacán - Fotografía de Anuar Etskuny


Galería de fotógrafos michoacanos - Guayabas - Carlos Pizarro Nieto, de Tangancícuaro


Curutarán desde la Presa de la Luz en Jacona, Michoacán - Fotografía de Israel López Ruiz


Poesía de Luis G. Franco - Velando mi cadáver

VELANDO MI CADÁVER

Te has muerto ayer y aun nadie lo sabe.
Estamos solos en la estrecha hora
de tu silencio transparente.

Eres quien se vistió de mis silencios
enemigo y compañero
inseparable sombra de mi cuerpo.
Pero ahora estás muerto
solos al fin tú y yo
mi alma y tú
mi cuerpo.

¡Qué callado, que serio, qué sereno!
al fin descansas, compañero.
Nunca supe de ti 
ahora recuerdo
que dormías con los ojos abiertos
hablabas sólo en los pasillos
y cuando nadie oía
recitabas versos.

Hoy entre la hora y el deseo
definitivamente muerto.
Fuiste del mudo al mundo
del adjetivo al verbo.
¡Qué largo caminar, qué inquieto
andar sin rumbo!.

Lo miro y no lo creo,
ni un murmullo, ni un gesto.

La Muerte va tatuando
tu último gesto.

Sólo quedó en tus ojos
el leve brillo de una lágrima
y en tu mano iracunda ya serena
una mosca indiscreta.

Yo estoy muerto también
pero de pena.

Agosto 21 - 1975.

Lago de Camécuaro en el municipio de Tangancícuaro, Michoacán - Fotografía de Carlos Hiram Padilla Rizo


lunes, 20 de febrero de 2012

Mujeres purépecha en el templo de San Francisco de Tarecuato, Michoacán - Fotografía de Jaime Cristóbal López


Galería de fotógrafos michoacanos - Caída de agua en La Planta, Jacona Michoacán - Fotografía de Jaime Ramírez, de Zamora


Dulces típicos de Zamora: Huevos Reales - Fotografía de José Luis Espinoza Melgoza


Torre de la parroquia de la Purísima Concepción en Cotija de la Paz, Michoacán - Fotografía de Juan Carlos Zamudio Mendoza


Pareja de ancianos purépecha en Patamban, Michoacán - Fotografía de Luis Francisco Duarte Medina


Panorámica hacia Colima y Jalisco desde el Cerro Grande de Patamban en Michoacán - Fotografía de Omar Fernández

Desde el Cerro Grande de Patamban, segundo en altitud en Michoacán después del Tancítaro, Omar logró captar esta extraordinaria vista hacia el volcán y nevado de Colima, que se aprecian al fondo confundiéndose con el cielo.

Imagen de Nuestra Señora de Guadalupe en su altar del Santuario Guadalupano en Zamora, Michoacán - Fotografía de Rubén Guillén Soto


Galería de fotógrafos michoacanos - Aldaba - Sergio Alfaro Romero, de Zamora


Escalera en el Centro Regional de las Artes de Michoacán, en Zamora - Fotografía de Víctor Javier López Mendieta


Doña Armida de la Vara - De lo cotidiano - El invierno de todos tan temido


El invierno de todos tan temido

Afuer de gente sustancialmente sana [sic], tengo verdadero pavor de ir al médico. Sólo cuando la situación no admite demora me decido, como quien va al matadero, a tomar rumbo al consultorio a los laboratorios de análisis clínicos. Mala costumbre esa, malísima. No se la recomiendo a nadie y espero que nadie tome mi pésimo ejemplo. Por otra parte, sospecho que abunda la gente como yo, y que son muy pocos los que gozan ver cómo la aguja penetra en sus venas o que les fascina el chirrido de los instrumentos de dentistería. De todo hay en la viña del Señor, pues.

Esperar que llegue la señorita laboratorista y ver cómo la cola se va engrosando es un deprimente espectáculo, digno, sin embargo, de ser mirado con curiosidad. Ahí el amibiásico con su cara pálida, apretando en el puño la bolsita de plástico tratando de que no se vea lo que contiene el presentido frasquito; allí el niño llorón, que ya sabe lo que le espera; la señora gorda con cara de dolorosa; la casada joven sospechosa de embarazo, mano con mano de su flamante marido, lleno de esperanzas; la señora de posibles feliz del resultado de unos análisis que la llevarán directamente con el cirujano plástico que ha de dejarla joven, joven, bella, bella y restirada, restirada.

Muy otra cosa es la viejecita que mira el vacío, como quien nada espera ya, pues como ella dice: vengo aquí nada más por mis hijos, para que estén tranquilos. Si por mí fuera me quedaba quieta en mi casa. Yo ya viví mi vida, tuve ocho hijos, tengo diez nietos, ¿no le parece que ya es bastante? Como dicen, estoy viviendo días extras y no hay para qué alargar una vida que ya dio todo lo que tenía que dar. Allá arriba y la viejecita saca un brazo flaco y un dedo que hace juego con el brazo allá arriba está quien nos va a poner la raya y hasta allí nomás vamos a llegar. Para qué tanto brinco ¿no?

El niño llorón ya salió después de dar unos berridos espantosos, con la cara llena de lágrimas y atragantándose con una paleta que le regala­ron; entra la señora joven estrenando traje de maternidad cuando apenas le harán la prueba del embarazo, toda sonrisas tiernas con el marido, luego entro yo al infierno de casi todos tan temido, extiendo mi brazo sobre una blanca almohadita, aprieto la mano, cierro los ojos y apenas puedo decir: ¡Que tenga buena mano, señorita!

Zamora, Mich., el 23 de abril de 1985, día de san Jorge






"De lo cotidiano" es un libro publicado en 1997 por El Colegio de Michoacán y el Semanario Regional Independiente Guía. Su edición estuvo al cuidado del doctor Herón Pérez Martínez. La corrección de estilo corrió a cargo de Luis Verduzco y la composición tipográfica es de la señora Aurora del Río Macías. Las fotografías del libro son creación de Alberto Vázquez Cholico.
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