Santuario Guadalupano de Zamora en Michoacán.
Fotografía de Ricardo Galván Santana y Francisco Magdaleno Cervantes.

viernes, 6 de julio de 2012

Poema del profesor Francisco Elizalde García a Monseñor Leonardo Castellanos y Castellanos en el centenario de su nacimiento (1962)











El Poeta, Francisco Elizalde García oriundo de Zamora, Michoacán, compuso unos versos muy bonitos al VENERABLE SIERVO DE DIOS, MONSEÑOR LEONARDO CASTELLANOS Y CASTELLANOS, en1962, al cumplirse un centenario de su nacimiento.


















Noviembre 6 de 1962

Aquí donde mis padres vieron la luz primera,
En el pueblo sencillo de provinciana plaza,
Quiero en verso suave y con alma sincera
Decir profundamente mi cariño filial.

Dejaré que del labio la ternura me fluya
Cual fluye del venero la canción de cristal.
Quiero hacer mío, muy mío, este blanco aleluya
De campanario humilde que hoy vibra celestial.

Quiero con estas gentes, buenas en toda cosa,
Entonar la alegría que hay en mi corazón...
¡Que recuerdos y amores en canción armoniosa
Sean lámparas votivas de mi veneración!

Quiero... cuanto quisiera para prez de mi canto:
Mil ángeles y arcángeles, y ¡Dios sabe por qué!
Hoy es día de fiesta y es la fiesta de un Santo
Y mi ensueño no tiene más que fe... ¡mucha fe!

Mas la fe es milagrosa que transporta montañas,
Y con ellas me basta para decir de Él,
Que su presencia es fuego que nos quema la entraña
Con su voz de profeta y sus labios de miel.

Y aquí está Él... lo miro como estrella entre cardos
Iluminando todo, derramando su amor.
¡Hace cien años que eres, dulce Hermano Leonardo
Para tu pueblo triste un gran diluvio de sol!

Recordamos tu infancia de pobre niño austero,
Por estas calles lánguidas, que tu afán recorrió.
Lugardita decía: "Leonardo yo te quiero
Para tu pueblo, un Santo que le dé Gloria a Dios".


Y Leonardo creció glorificando a Cristo
Y rezando plegarias a su Virgen María...
¡Virtud sacerdotal este pueblo no ha visto
Como la que su Párroco Don Leonardo tenía!

En horas de recuerdo, contaban mis abuelos
Que el buen cura tenía siempre llenas las manos,
Que mirando sus ojos se adivinaba el cielo
Y los llamaba a todos: "Mis queridos hermanos".

Su corazón inmenso era fulgente abismo
De amores generosos y clara caridad.
Para apreciar a todos, se despreció a sí mismo,
Así era su grata franciscana bondad.

Pero Dios quiso un día llevarlo de su mano
Hacia heredades nuevas que no eran de su mies,
Y su obediencia ciega fue a clima lejano
Donde es punzante el aire y sangrante el laurel.

Y allí, martirizado en su río de dolores,
Dejó el último aliento en aras de su Cruz;
Bendiciendo el camino de amargos sinsabores
Y sellando la ofrenda de su amor a Jesús.

Leonardo Castellanos, Siervo de Dios que hoy veo
Circundado de amores por este pueblo fiel,
Bendícenos, bendice a éste, tu Ecuandureo
Y derrama el milagro de tus gracias en él.

Que los cien años luz que alumbran tu distancia
Nos llene de los dones de tu santa humildad,
Que se nos colme el alma con tu viva fragancia
Para que nos trascienda tu olor de santidad.

¡Bendícenos, Hermano mayor, Padre y Maestro,
Bendícenos a todos en nombre de Dios,
Y recibe la entrega de este corazón nuestro
Que hoy te canta su Hosanna de jubiloso amor.

Consulte la página de Facebook: Leonardo Castellanos y Castellanos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Exelente.

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