Santuario Guadalupano de Zamora en Michoacán.
Fotografía de Ricardo Galván Santana y Francisco Magdaleno Cervantes.

lunes, 2 de junio de 2014

Poesía de Francisco Elizalde García - Laudanza del sombrero

Laudanza del sombrero

Sombrero Mexicano,
voy a ofrendarte el brindis de mi verso
y a vaciar en tus palmas mi arcoiris
de bravura y recuerdo,
las aventuras de mi sangre henchida
y el tricolor orgullo de mi México.

Sombrero Mexicano,
que andariego repasas los senderos
y giras tus redondas geometrías
por los surcos abiertos;
y en las milpas jocundas de mazorcas
rasas tu copa triangular de besos;
amapolas y regios girasoles,
que el campo alegre de mi patria es eso.

Sombrero de anchas alas,
yérguete sobre el río bullanguero
de las cromadas luces de artificio
que florecen las noches de mi pueblo
en un eterno 15 de septiembre
que escribe sobre el cielo
la letra multiforme
de mis siglos heróicos dispersos.

Sombrero Mexicano,
que te pones contento
gritando carcamanes en las ferias
con tu recia garganta de agorero.

¡Cuándo se borrará de tus barajas
el gallo aquél que le cantó a San Pedro,
aquél nopal de tunas potosinas
y tu alacrán güerito y durangueño..!
¡Ay, tu garza morena,
ay, tu sirena de mirar costeño!


Sombrero Mexicano,
hermano de mi gozo dominguero
que se pasea del brazo de un rebozo
haciendo ronda al juego
colipavo de amor de las muchachas
de huanengos sedeños:
percaleria fragante a naranjales
y frescos limoneros...

Sombrero de mi patria,
que mi infancia pintaba en los cuadernos
urdiendo rebelión de carabinas,
combates barranqueños,
marcha de soldaderas
y cananas cruzadas en los pechos...
¡Soldaditos de plomo que fingían
ciegos fusilamientos!

Cómo me gusta recordar tu hazaña
de niño juguetón y pendenciero,
cuando bailabas trompos de durazno
y jugabas canicas en el suelo;
cuando cruzabas ecos que se abrían
a la orilla sonriente de un riachuelo
y eras buen trepador
por las rectas cuadrículas del cerro
en donde semejaban las pitayas
el rojo corazón de mis camperos!

Sombrero Mexicano,
que apuestas a la sangre de tu penco
el águila y el sol
de la sonora plata de tus pesos.
Y en el calor bravío de los palenques
confias tu suerte al pleito
volador y valiente de los gallos
en el rebrillo ardiente de un festejo.
¡Gritan en ristra los apostadores:
cien al giro, parejos...
cierren las puertas... va de compromiso!
¡Michoacán con Querétaro!
Mientras, las cantadoras
son piropos del arpa hechos de ensueño...


Sombrero de mi patria,
madrugador sombrero,
que duermes tu cansancio en un petate
bajo un jacal en plenilunio espléndido,
y amaneces rezando a los trigales
tu paterna oración por el pan nuestro.
Y, al chirriante compás de mis carretas,
le cuelga las chaquiras del reflejo
a tus inalcanzables horizontes
de joyeles perleros:
frondas de primavera en tus mañanas
elegantes de sol y de jilgueros.

Sombrero Mexicano,
trasnochador romántico y sincero
que cantas a los ojos tapatíos
de la mujer bonita que más quiero;
y frente a su ventana
es galante rapsodia el coqueteo
del alma celestial de tus guitarras
y el beso musical de tus troveros.

Sombrero Mexicano,
tintineo jubiloso y campanero
que suena tan divino en las espuelas
que astillan su entusiasmo en el jaleo,
decorando la fiesta
con el alhajerío de sus destellos!
En la listonería de las chavindas
te enmoña el ágil duelo
de charros que ensortijan las manganas
conque lazan las lunas del potrero!
Son clarines de luz tus alamares
que ponen un encaje palomero
en cada suerte que la rueda rueda
en el audaz rehilete de tus lienzos.

Sombrero Mexicano,
la gala varonil de un herradero,
es jacaranda de tu mujerío
que cimbra de malicias el inquieto
colmenar tornasol de sus corpiños;
igual que un faisanero
tabachín encendido
de amores idos y cariños nuevos.

Arenga la emoción,
el filo temerario del estruendo
en la raya valiente a un azabache
o a un alazán lucero;
o en el gallardo pial frente a la novia,
o en el grácil poema del floreo
para el marcial fandango de una diana
prendida en el requiebro
de la pirueta mágica
que juega el caracol de un coleadero;
o en el puñal del paso de la muerte
que cuelga de las crines tus espejos...


Sombrero Mexicano,
mexicano sombrero,
¡Lino Zamora te vistió de luces
en el sonriente calambur del ruedo!
¡Ponciano hacía contigo, milagrosos
sus carteles toreros!
¡Silveti, el Juan sin miedo,
era rey del valor
cuando te presumía en los tentaderos!
¡Gaona te brindaba banderillas
parado en el cuadrito de un pañuelo!

¡Dicen que Don Porfirio
enamoró con un jarano arrecho
a su Primera Dama
doña Carmen Romero...!

Sombrero Mexicano,
que emborrachas tu baile marimbero
en Chiapas, al relincho
de un brindis fraternal con comiteco,
y trenzas en Jalisco tus jarabes
con un tequila guadalajareño.
En Sonora es torrente serpentino
el bacanora en que arden tus danceros!
¡Qué sabroso acajul con mole verde
en tu Puebla de arcángeles plateros...!
Te ruborizan los mezcaleríos
de tu dulce Bajío magueyero.
Y en la policromía de tus sarapes,
guacamayos sarapes saltilleños,
alzas los reyes de oro de tus naipes
como abanicos al balcón del viento...

¡Te picotea la pespunteadora
y huapanguera miel de tus huastecos!


Sombrero Mexicano,
pescador y rumbero,
en el jarocho cafetal que aroma
con sus collares el palmar del puerto.
Y en Yucatán con xtabentún te entonan
una blanca jarana tus vaqueros.

Acá en Apatzingán, en bandería
de rojos paliacates, mis rancheros
con vihuelas tarascas jinetean
caballos bailadores de abajeños,
briosas potrancas de Santa María
y repintos novillos jaconecos!

Sombrero de mi patria,
cuando rural arisco guerrillero.
Y en el sensontle cantador del alba,
con la tropa en recelo
de los fieros pelones federales,
gris ferrocarrilero!
¡Villista! ¡Obregonista! ¡Carrancista!
Fiel revolucionario, aventurero
del amor y de pasión en la defensa
de tu tierra y tu credo!


Sombrero Mexicano,
cuánto te quiso el Tigre Argumedo,
tu Benito Canales
y tu Heraclio Bernal, rayo de acero;
no se diga Zapata y Pancho Villa...
¡Cómo y qué buenamente los recuerdo!
luego tu Lucio Vázquez...
¡pavos reales de luto lo cubrieron!
Te contoneaba altivo el "sosteniente"
don Valente Quintero.
¡Ay, Simón Blanco y tu Domingo Arenas,
generales de albures cartucheras
por una sota moza
que tiñó su carmín en el despierto
libro de tus corridos provincianos:
trágicos calendarios volanderos!

Sombrero Mexicano,
me cautiva tu júbilo alfarero
que me muerde la sed
cuando bebo charanda en jarro nuevo...
Te grita en la verbena
su parranda en revuelo
un alegre mariachi,
y brotan los gorriones vocingleros
y el mitin de los tordos en bandadas
llena el jardín ingenuo
perfumado a merengues y alfajores
y frutas de horno en tu pregón dulcero!

Sombrero de mi patria,
querubín presuntuoso del estreno
que chulean las miradas
de mis ángeles bellos
que rondando la banda en serenata
son como pajaritos carpinteros!

Sombrero de mi tierra,
mexicano sombrero,
haz sombra con tu sol
para robarle a mi muchacha un beso!

ENVÍO:

México mío,
luceros de tu cielo,
cubren la cornucopia
de tu ciudadanía, mis sombreros!

Unánime clamor
en la inmensa campiña de tu anhelo.
tu Pabellón, por ellos se alza incólume
de independencia y libertad... Enhiesto!

Es que, por tí, ellos fueron, Patria, un día,
insurgentes de Hidalgo... Y de Morelos,
chinacos centellantes
en corceles de fuego.

Y con Benito Juárez
heraldos del Derecho:
republicanos en cabalgaduras
vencedoras de imnerios.

Y hoy, soldados de paz en el prodigio
de tu ejército nuevo.

Por ellos es ahora
como fue ayer y será siempre incendio
nuestra fe secular, en la alegría
de gritar, sin sordina, VIVA MÉXICO...!

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