Santuario Guadalupano de Zamora en Michoacán.
Fotografía de Ricardo Galván Santana y Francisco Magdaleno Cervantes.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Fiestas de Santa Mónica y San Agustín en Ario de Rayón, Michoacán - Amparo Solís Barragán


Ario de Rayón, Mich.— En el marco de la fiesta litúrgica a Santa Mónica, el pasado sábado 27 de agosto 4 parejas que ya vivían juntas desde hace años recibieron el sacramento del matrimonio impartido por el párroco Pbro. Fernando Fernández Melgoza.

Un agradable ambiente aromatizado por los nardos naturales y las flores que alegraban el recinto, así como un colorido arreglo de cortinas que semejaban un arco iris, diseño realizado por Javier Corona, fue el escenario donde se llevó a cabo esta celebración religiosa de estos matrimonios comunitarios.

En lo alto del retablo la patrona de Ario, presenciaban este acontecimiento Laura Leticia Fernández y Salvador Verduzco; Susana Navarrete y J. Alfredo Arceo; Ma. Isabel Romero y Jesús Madrigal; Miriam Margarita Ortiz y Marco Antonio Silva, quienes decidieron recibir la bendición de Dios.

El párroco se refirió en su homilía a las lecturas del profeta Jeremías: “Me sedujiste Señor y me dejé seducir”. Dijo que Dios es quien sedujo a los allí presentes para invitarlos a recibir el sacramento del matrimonio y ellos se dejaron seducir: “Dios les habló en su corazón para darles buen ejemplo a sus hijos”.

Consideró que la vida del matrimonio es difícil, es causa de tentación y burla (porque los amigos los invitan a tomar y les dicen ¿o tu mujer te regaña?) pero que es una ofrenda a Dios, “esa es la gran diferencia con el amor que no está santificado, porque el amor santificado se ofrece a Dios como una ofrenda santa y agradable.

“En la vida del matrimonio se sufre porque se toma su cruz, como lo dice el Evangelio (del día 28). Se renuncia a uno mismo para hacer feliz al cónyuge y a sus hijos, y eso es perder la vida. No es que se muera o lo maten, sino que todos los días se pierde vida al atender a su familia”.

Después de la homilía, el celebrante llamó a los contrayentes que ocupaban las 4 primeras bancas de la parroquia, y junto con sus padrinos se colocaron frente al altar donde cada pareja fue haciendo el rito de aceptación y colocación del respectivo anillo y la recepción de las simbólicas arras.

Realizado esto, los nuevos esposos regresaron a su lugar flanqueados por sus padrinos.


La eucaristía se llevó a cabo a las 18:00 horas, y fue solemnizada por el Coro Tierra Fértil.

Al término de la celebración religiosa, un grupo representativo de la colonia Sixto Verduzco llegó en procesión con la imagen de San Agustín, hijo de Santa Mónica, a quien celebrarían al día siguiente en dicha colonia.

La banda de música entonó las mañanitas a la festejada y se retiró para dar paso a la última celebración religiosa de ese día, a las 19:30 horas.

La banda Jacona amenizó una verbena popular en la plaza principal hasta las 10:30 de la noche.

El 28, a San Agustín

Ese día habitantes de la colonia Sixto Verduzco, encabezados por Alfonso Ochoa Arroyo, acondicionaron una de las canchas de basquetbol para que se celebrara allí, igual que el año pasado, la Eucaristía, a las 17 horas.

El lugar fue adornado con grandes arreglos de flores naturales, cortinas de chifón de alegres colores y bajo una lona para cubrir la imagen “de bulto” de San Agustín y a los concurrentes en la celebración religiosa, ya que posiblemente la lluvia se hiciera presente.

A las 17 horas la imagen, que un día antes había sido llevada a la parroquia, ahora regresaba en procesión, para la celebración religiosa, acompañada de la banda Ardiente y cohetes.
En su homilía, el Pbro. Fernando Fernández dijo que ese día se celebraba a San Agustín, pero por ser domingo eran lecturas propias y de cierta manera repitió lo del día anterior, en la celebración a Santa Mónica, donde el evangelio hablaba de tomar la cruz. 

En referencia a San Agustín dijo que “durante su juventud y en su mayoría de edad, porque hasta los 30 años se convirtió y se bautizó, anduvo buscando por todos lados corrientes filosóficas, buscaba el placer, se juntó con una mujer y tuvo un hijo. Él buscaba la fama, una vida fácil, la alabanza de los demás; en cambio su madre, Mónica, desde el principio comprendió que ése no era el camino de Dios para él y el camino de Mónica fue sufrir interiormente, hacer oración a Dios y rogar por su hijo, hasta que llegó el momento en que, buscando por todos lados la verdad, Agustín encontró la verdad en Cristo, pero le costó mucho trabajo, y entonces sí su vida cambió”.

El celebrante continuó: “Dice Jesús, ¿de qué le sirve a uno ganar el mundo entero si pierde su vida?, y Agustín quería ganar el mundo entero, con su fama, con dinero, con placer y andaba perdido. Cuando encontró a Cristo comprendió que para salvar su vida la tenía que ir perdiendo. El que la pierda por mí, la encontrará, y perder la vida no es necesariamente que tenga qué morir. San Agustín no fue un mártir, no lo mataron por Cristo, pero de ahí en adelante, desde que se bautizó, toda su vida fue dedicarse totalmente al bien de los demás, al cumplimiento de la misión que había recibido, porque fue nombrado obispo de Hipona en el norte de África, y allí fue perdiendo la vida día a día, y eso es lo que a nosotros nos cuesta trabajo entender muchas veces, que para ganar la vida, la felicidad, en el matrimonio, en la familia, debemos ir entregando nuestras vidas”.



Después de la celebración religiosa, los feligreses degustaron de ricos antojitos mexicanos, como buñuelos, tacos, papas fritas, quesadillas, tamales y atole, biónicos..., mientras los pequeños se divertían en los juegos mecánicos que, a diferencia del año pasado, ahora abarrotaron el lugar.
Cerca de las 9 de la noche se adelantó la quema del castillo por temor a la lluvia que se hizo presente, aunque todavía los feligreses pudieron disfrutar del baile gracias a la instalación de un equipo de sonido.



Cabe señalar que en uno de los puestos de fritangas estaba colocado un cartel con el anuncio de una rifa gratis de electrodomésticos realizada por el candidato del PRI a la alcaldía de Zamora. El único requisito para participar era pasar a escribir su nombre en una lista. ¿Para qué será utilizada dicha lista?


Los nuevos esposos

Contrayentes y Padrinos

J. Alfredo Arceo y Susana  Navarrete con sus padrinos
Juana Cázares y Celso Aceves.

Jesús Madrigal y María Isabel Romero
y sus padrinos.

Laura Leticia, Salvador Verduzco y los papás de él.

Miriam Margarita, Marco Antonio Silva y sus padrinos,
los hermanos Socorro y Jorge Rodriguez Solís.

Ario en la fiesta


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