Desde hace unas semanas, un entusiasta grupo de jóvenes, con un compromiso ecologista en favor de la reforestación, ha participado en varias expediciones en que han plantado muchos arbolitos en los cerros que rodean al valle de Tangancícuaro. Un ejemplo, sin duda, que queda abierto a la participación.
Cada árbol plantado es una esperanza de vida y de rehabilitación de nuestro entorno ecológico, tan maltratado.
Allí quedan, como testimonio de un esfuerzo que, en los hechos, se manifiesta en una opción por la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario