Ciudad de seminaristas
La erección de la diócesis de Zamora y la fundación subsecuente de su Seminario, hizo de la presencia de los seminaristas un constante acontecimiento importante en la ciudad. Con el título de “La ciudad echa de menos a los seminaristas” en la edición No 10 de Guía, publicada el 21 de septiembre de 1952, se relata que los seminaristas salieron de vacaciones en comunidad a Guáscuaro, en el caso del Seminario menor, y a Peribán, en el del Seminario mayor.
El artículo se aprovecha para hacer cuenta de las labores de los seminaristas en sus visitas semanales a la cárcel, en el catecismo del Calvario y de El Carmen, en el centro de catecismo de la “Inmaculada”, ubicado a una humilde casa de campo a kilómetro y medio de la carretera a México, en el recibidor del propio seminario en donde los seminaristas atienden a huerfanitos de la calle, en los centros de catecismo de “La Lima” o continuación de Corregidora y en el situado cerca de la estación del ferrocarril, entre las calles de Morelos y Michoacán, y en fin en todos los sitios en donde los seminaristas ya ofrecen servicios espirituales que los fieles extrañan cuando ellos se van de vacaciones.[1]
[1] Guía, Hoja Parroquial, Año I, No 10, septiembre 21 de 19952, pp. 1 y 3.
La imagen fue tomada del blog La Piedad y mi Región.
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