En varias ocasiones llamaba a la oficina de Guía y me decía “Amparito, yo creo que ya se venció mi suscripción de la Guía, y no me la has venido a cobrar”, siendo que a veces todavía faltaban 3 meses para renovar. Pero siempre estaba al pendiente de que no se venciera su suscripción porque era un asiduo lector del semanario.
Su pasatiempo favorito era ver el beisbol por televisión.
SU ÚLTIMA MORADA
La misa de cenizas la ofició el padre Raúl Ventura en el Santuario Guadalupano, el mismo viernes de Dolores, a las 7 de la tarde, vecinos de Ario, amigos y familiares acompañaron a su esposa Mercedes, su hija Tere y sus nietos en el último adiós a este hombre de fecundo servicio a la sociedad. Ahora, sus cenizas descansan en una cripta del costado norte del Santuario de Guadalupe, muy cerca del órgano monumental, instrumento musical semejante al que Alfredo Peña miles de veces utilizó para armonizar las celebraciones eucarísticas de la parroquia de Santa Mónica.
Sembró la semilla del deporte y del canto en nuestro pueblo, los frutos que de ahí surjan ya dependerán de quienes recibieron la semilla.
Al cumplirse el primer aniversario de su nacimiento a la eternidad, creo que es importante recordar a este hombre que, según las últimas palabras de su escrito para Guía , “sentía que la mano de Dios me estaba guardando para una huerfanita, que es mi cariñosa y servicial enfermera (su esposa). Ahora en vez de un “half-track”, (tanque de guerra) tengo mi silla de ruedas y en vez de un rifle “Garand” tengo el “arma” más poderosa del mundo: Mi Fe Católica y mi Rosario.
¡Descansa en paz, Alfredo Peña! Te seguimos recordando.
En las imágenes don Alfredo:
* Con beisbolistas de Ario de Rayón.
* Con su bisnieta Daría.
* Con su nieta Marcela y su bisnieta.
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