En la sección que tituló Instrucción Dominical, el padre Sahagún se dio a la tarea de explicar la Palabra en forma clara, didáctica, sencilla. En su texto Los cimientos del castillo (septiembre 7 de 1952), por ejemplo, hizo metáfora de las enseñanzas religiosas “como un hermoso castillo”.
Alude al hecho de que, por más hermoso que sea ese castillo, son sus cimientos los que lo sostienen en pie. Así, el cimiento de la doctrina cristiana “es esta verdad: LA EXISTENCIA DE DIOS.”
“Los cimientos del castillo son firmes. No temamos que los progresos de las ciencias los destruyan, porque, por el contrario, los afirmarán más. La razón humana que esté libre de orgullo o de maldad, siempre seguirá viendo por todas partes las huellas de Dios.”
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