Hoy que la vida pone entre tus manos
la rosa azul de la esperanza,
asómate a la lumbre de la llama
rompe el límite absurdo del instante
deja la fuente, el árbol y la piedra
que te invitan a fincar seguridades
camina
sueña
avanza
destruye
proyecta
diseña
esboza
el provenir te llama.
Tú mismo eres la línea
tú eres sólo una sílaba que espera
el verbo
la nota rotunda
barro en las manos del alfarero
cuerda tensa de la guitarra
la órbita te nace del deseo
no llegas
no llegues
la llaga
te llaga
el pensamiento.
Esa herida en la palma de tus sueños
y tus pasos abriendo
despertando el azul, el amarillo
el mar entre tus ojos y el espejo.
Tú no naciste para andar caminos de tristeza
repitiendo envejecidas palabras
para cuadricular el día
y cantar lo que otros construyeron.
No,
tú tienes en la cuerda del alma
la nueva melodía
al filo de tu voz brilla y resuena
la inefable palabra
aquella que nadie sabe
la que nadie pronuncia
la que vibra en tu carne
la que sangra
resuma vida
y es esperanza
porque eres tú mismo tu misma palabra.
Alza la voz
que se quiebre la piedra
verás erguirse el agua
y vendrán las auroras a tu puerta
rebaño de alegrías
las edades demorarán la tarde
en el anillo azul de tu silencio
levanta el grito
empieza un nuevo siglo
todo es de nuevo arcilla
para que tú fabriques
el ánfora perfecta.
No vuelvas la mirada
no retrases la hora
no esperes
avanza
avanza.
La hora es tuya
es tuyo el corazón
tuya es la vida
y brilla entre tus manos
encendida
la espada azul
de la esperanza.
Julio 4 – 1975.
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