Hay en Tingüindín, Administración de Correos, con servicio
de giros postales; Oficina de los Telégrafos Nacionales, también con servicio
de giros telegráficos y Teléfonos de México, S.A., para comunicación por sus
aparatos a cualquier lugar donde esa compañía tenga líneas.
En las oficinas de la Presidencia Municipal, se nos
proporcionaron los siguientes datos, por lo que se refiere al último censo de
población, levantado en el año de 1950:
Lugares Municipio
de Tingüindín Total
de
habitantes
Aquiles Serdán (Antes San Ángel) 1,359
Chocandirán 205
Cuáquiro 6
El Moral 122
Guátzcuaro Alto 520
Guátzcuaro Bajo 16
Guajolote 4
Haciendita (Los Dolores) 10
Huaquián 10
Molino de la Paz 17
Ojo del Bagre 20
Rincón del Chino 266
San Juanico 253
Sirapetz 61
Tacátzcuaro 1,707
Tecolote 228
Tingüindín (Estación) 50
Tingüindín, (Villa) 3,158
Xhániro 251
Total 8.263
Corno el censo de población, levantado en el año de 1940,
acusa un total de 7,809 habitantes, para todo el municipio, en los diez años,
corridos de uno a otro censo, hubo un aumento en la población de 454
habitantes.
Pero hay que tomar en consideración, que en el último censo,
es decir en el de 1950, faltaron los datos de los lugares siguientes, que los pondremos
con los mismos números con que aparecieron en el censo anterior de 1940:
Lugares Municipio
de Tingüindín Total de
habitantes
Agua Escondida 8
Cerro de las Vacas 8
Cuacáro 6
Loma de los Bermejos 63
Rincón de Palacio 7
Las Trojes 45
Total 137
Y así podría considerarse que el aumento de población del
censo de 1940 al censo de 1950, fue
de 591 habitantes.
Ese aumento, de 591 habitantes, en todo el municipio, en
diez años, es muy inferior al de muchas poblaciones de nuestro país.
Esa anomalía de no crecer la población al ritmo de otros
lugares, se debe de una manera particular, a que familias enteras o miembros aislados
de algunas familias, emigran, a otras poblaciones, en busca de una vida mejor,
pues el pueblo sufre desde hace algunos años, una crisis económica, que ha
empobrecido a todos sus habitantes.
Y esa crisis proviene de que siendo Tingüindín, un pueblo
serrano, sus montes maderables, son su principal riqueza, ya que sus tierras
de labor son muy pobres para la agricultura, y mientras no se resuelva, no se
reglamente como es lo debido, y no se permita de nuevo la explotación forestal,
la miseria irá siendo cada día mayor.
Y verdaderamente no es lo justo, pues en todos los países
del mundo, las explotaciones de los bosques, son de interés nacional, se hacen
adecuada y racionalmente, no se prohíben sino cuando hay verdaderos motivos
para hacerlo, y por el contrario se estimulan cuando así conviene, puesto que
es una fuente de vida y riqueza, que racionalmente explotada a nadie perjudica,
sino por el contrario es benéfica para muchos.
Ojalá y Tingüindín vuelva a ver sus días de bonanza, como
los tuvo -durante cincuenta años, los primeros del siglo que estamos viviendo,
aprovechando la enorme riqueza de sus bosques, que Dios quiso regalarle.
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