El viento desnudo ríe y canta
mi corazón entre las cuerdas azules
del sueño se me escapa
agua de luz, paraíso recién estrenado
vuelvo a ser niño
siento horror de las palabras
mírame así desde la verde sombra
ioh, padre Quetzacoatl!
alcemos una tienda de flores amarillas
olvidemos la espada y el yelmo
el día no se va, gira en redondo
ronda la esquiva hora
la mira, la desnuda, la vence
salgamos con los pájaros del alba
apaguemos la luna y las estrellas
cerremos las fronteras del día
a sangre y fuego
derrotemos las sombras
hombres del día
juguemos a la vida
el día es nuestro y nuestro el horizonte.
Alza tus manos
alcanza los racimos de la vida
corona tu esperanza
con pámpanos dorados
y escanciemos
el vino añejo de nuestros corazones
convoca al ciervo y al leopardo
levanta la canción de las colinas
cerremos todos los mercados
la mañana levanta sus trompetas.
Y decreta la vida
unge tu voz, tiende tu mano
déjame verte en las pupilas
hoy que la noche ha muerto
y volvamos a ser todos hermanos.
Septiembre 25 de 1975.
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