en Ario de Rayón
La tradición data desde hace 200 años,
reveló la Asociación Civil al Rescate del Patrimonio Histórico
José Perales
Zamora, Michoacán.- La Asociación Civil al Rescate del Patrimonio Histórico de Ario de Rayón y la población en general, preparan ya el festejo del tradicional toro de harina, que tendrá lugar el Domingo de Pascua, tradición que data desde hace más de 200 años, según reveló la propia asociación.
De acuerdo con la información proporcionada por Ismael Morales Cervantes y Juan Alberto Aceves Rodríguez, la fiesta se realiza el Domingo de Pascua a partir de las 3:00 de la tarde, cuando familias enteras salen a buscar un toro de estructura metálica y forrado de papel que ha sido escondido en un predio cercano a la comunidad.
Cuando encuentran el toro, comienza la peregrinación por las principales calles de la tenencia, donde las familias reparten bebidas refrescantes entre los presentes, pero también esparcen harina como muestra de alegría por haber encontrado el toro y de esa forma participar en la fiesta.
La gente que viene de fuera a participar en la fiesta, sabe que puede ser bañado con harina, pero es la forma en que la gente de Ario le agradece que participe y así le demuestran la alegría de la fiesta de la Resurrección del Señor.
El recorrido con el toro encontrado en el cerro es acompañado también con música de viento, lo que imprime particular matiz a esta fiesta que se celebra en la tenencia de Ario de Rayón, desde la Pascua del año 1800 y en la que participan por igual niños, jóvenes, adultos, mujeres, familias enteras y personas de todas las edades.
Alrededor de las 18:00 horas, se reúnen en la plaza principal y se entrega el toro a la familia que lo habrá de esconder y que encabezará la fiesta para el año próximo. Este año es la familia Aceves Solís, la que esconderá el toro y repartirá las bebidas el día de la procesión.
Los orígenes
Sobre los orígenes de la fiesta, los miembros de la Asociación Al Rescate del Patrimonio Histórico de Ario de Rayón, relataron que, de acuerdo a la tradición oral que se tiene en el pueblo, se cuenta que a una persona de la comunidad se le perdió un toro y salió a buscarlo por el rumbo donde había sido visto la última vez, pero no tuvo fortuna y lo dio por perdido.
Al poco tiempo, el toro volvió del monte y fue atrapado por otra persona que intentó apropiárselo, pero al saberlo el dueño, acudió con constancia que avalaba el fierro y registro del animal para que se lo entregaran; ante el reclamo, quien intentaba apropiarse el toro lo escondió en el cerro que la comunidad conoce como La Cofradía.
Hasta allá fue el dueño legítimo del toro para buscarlo, auxiliándose de clarines y caracoles para intentar hacer música. Cuando logró por fin encontrarlo, regresó al pueblo y recorrió todo el pueblo para anunciar a todos que ya había encontrado y recuperado su toro, por lo que hizo fiesta y hubo vino para todos los que quisieran.
Luego cada año repetía la fiesta precisamente en el Domingo de Pascua o de Resurrección. No se sabe a ciencia cierta cuándo comenzó la tradición de bañarse con harina, pero sí se tiene muy claro que es signo de fiesta y alegría.
La tradición data desde hace 200 años,
reveló la Asociación Civil al Rescate del Patrimonio Histórico
José Perales
Zamora, Michoacán.- La Asociación Civil al Rescate del Patrimonio Histórico de Ario de Rayón y la población en general, preparan ya el festejo del tradicional toro de harina, que tendrá lugar el Domingo de Pascua, tradición que data desde hace más de 200 años, según reveló la propia asociación.
De acuerdo con la información proporcionada por Ismael Morales Cervantes y Juan Alberto Aceves Rodríguez, la fiesta se realiza el Domingo de Pascua a partir de las 3:00 de la tarde, cuando familias enteras salen a buscar un toro de estructura metálica y forrado de papel que ha sido escondido en un predio cercano a la comunidad.
Cuando encuentran el toro, comienza la peregrinación por las principales calles de la tenencia, donde las familias reparten bebidas refrescantes entre los presentes, pero también esparcen harina como muestra de alegría por haber encontrado el toro y de esa forma participar en la fiesta.
La gente que viene de fuera a participar en la fiesta, sabe que puede ser bañado con harina, pero es la forma en que la gente de Ario le agradece que participe y así le demuestran la alegría de la fiesta de la Resurrección del Señor.
El recorrido con el toro encontrado en el cerro es acompañado también con música de viento, lo que imprime particular matiz a esta fiesta que se celebra en la tenencia de Ario de Rayón, desde la Pascua del año 1800 y en la que participan por igual niños, jóvenes, adultos, mujeres, familias enteras y personas de todas las edades.
Alrededor de las 18:00 horas, se reúnen en la plaza principal y se entrega el toro a la familia que lo habrá de esconder y que encabezará la fiesta para el año próximo. Este año es la familia Aceves Solís, la que esconderá el toro y repartirá las bebidas el día de la procesión.
Los orígenes
Sobre los orígenes de la fiesta, los miembros de la Asociación Al Rescate del Patrimonio Histórico de Ario de Rayón, relataron que, de acuerdo a la tradición oral que se tiene en el pueblo, se cuenta que a una persona de la comunidad se le perdió un toro y salió a buscarlo por el rumbo donde había sido visto la última vez, pero no tuvo fortuna y lo dio por perdido.
Al poco tiempo, el toro volvió del monte y fue atrapado por otra persona que intentó apropiárselo, pero al saberlo el dueño, acudió con constancia que avalaba el fierro y registro del animal para que se lo entregaran; ante el reclamo, quien intentaba apropiarse el toro lo escondió en el cerro que la comunidad conoce como La Cofradía.
Hasta allá fue el dueño legítimo del toro para buscarlo, auxiliándose de clarines y caracoles para intentar hacer música. Cuando logró por fin encontrarlo, regresó al pueblo y recorrió todo el pueblo para anunciar a todos que ya había encontrado y recuperado su toro, por lo que hizo fiesta y hubo vino para todos los que quisieran.
Luego cada año repetía la fiesta precisamente en el Domingo de Pascua o de Resurrección. No se sabe a ciencia cierta cuándo comenzó la tradición de bañarse con harina, pero sí se tiene muy claro que es signo de fiesta y alegría.
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