San Jorge
Ahora que lo recuerdo,
Entraste a ese cuarto de hotel
con el corazón en la mano
y el palpitar en la bolsa derecha del pantalón
Te recibió un cenicero llorando nostalgia
y una mancha de vino derramado sobre la cama.
Entraste con un beso desesperado que hinchó mis labios
y esa idea tuya de no perder el tiempo,
Cuando él ya nos había perdido a ambos
“Ésta soy yo” te dije
y me miraste tan de cerca
que fuimos cíclopes en el zumbido del letrero que tiritaba
en la ventana.
Entraste a ese cuarto de hotel
a estas sábanas ajenas llenas de fantasmas
a este corazón de papel
Dejando un libro abierto
y un poema a medias
entraste
Y se fueron dos días entre cuatro paredes,
y una salida de emergencia, que nunca utilizamos.
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