Santuario Guadalupano de Zamora en Michoacán.
Fotografía de Ricardo Galván Santana y Francisco Magdaleno Cervantes.

martes, 8 de marzo de 2011

Procesión del Silencio, una gran tradición católica zamorana en Viernes Santo


La Procesión del Silencio que cada Viernes Santo se realiza por las calles de Zamora, ha adquirido una magnitud admirable. Los organizadores de la Procesión de este año 2011 ya están haciendo los preparativos para, como cada año, volver a romper su propio record de convocatoria.


En esta página de Facebook (haz click con el cursor del ratón para acceder): Procesión Del Silencio Zamora, los organizadores han comenzado a difundir información para convocar a la Procesión de este año, misma que reproduzco con gusto en este blog con la finalidad de dar a conocer su esfuerzo y la importancia de este acontecimiento ya muy arraigado entre las tradiciones católicas zamoranas.

Hace cincuenta años, menos de una treintena de hombres caminaron por las banquetas del barrio de Los Dolores para meditar en silencio sobre las estaciones del Vía Crucis. Aquella iniciativa tuvo cada año una convocatoria mayor y poco a poco fueron más los cristianos que acudieron a la llamada Procesión del Silencio, que posteriormente comenzó a hacerse por las calles de Zamora.








El pasado Viernes Santo, en 2010, diez lustros después de aquella pequeña procesión por las banquetas, fueron miles los hombres que caminaron en silencio por calles y avenidas de Zamora. La Procesión del Silencio se prolongó por más de cinco horas.





La mayoría fueron vestidos con camisas blancas. Algunos caminaron descalzos. Otros, cargaron pesados crucifijos de distintos tamaños. Al final de la Procesión, marcharon quienes decidieron cargar una pesada cruz fabricada por ellos mismos.


Priistas, panitas, perredistas y gente sin partido; profesionistas e iletrados; ingenieros, arquitectos y albañiles; casados, viudos y solteros; gordos y flacos; altos, medianos y chaparros; blancos y de tez morena; chinos, lacios y calvos; imberbes, bigotones y barbados: pobres, ricos y de todas las clases sociales; funcionarios públicos, empresarios y desempleados; niños, jóvenes y ancianos; deportistas, bebedores y abstemios; de zonas residenciales, de colonias, comunidades y de otros municipios… para todos hubo espacio.

Todos tenían la intención de hacer penitencia y meditar, en torno a las Estaciones del Vía Crucis, sobre la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, el Cristo. Las reflexiones fueron dirigidas por sacerdotes de la ciudad y el mismo obispo diocesano, monseñor Javier Navarro Rodríguez, quien, como fiel cristiano, se sumó a la procesión, también en silencio.

Aunque algunas mujeres caminaron por el arroyo vial, la tradición establece que esta Procesión del Silencio es exclusiva para varones. Las mujeres caminan por la banqueta o simplemente son espectadoras.

Como de costumbre, la procesión comenzó al filo de las 10 horas en el templo de Los Dolores. En su recorrido, los fieles visitaron los templos de La Medallita Milagrosa, El Rosario, el Santuario Guadalupano, San José, El Calvario, Catedral y La Purísima, entre otros. Concluyó cerca de las 16 horas, en Los Dolores.

A lo largo de la procesión, los participantes cargaron imágenes como la del Señor de la Salud, La Dolorosa y al mismo Jesús de Nazaret, entre otras.

A decir de los propios organizadores, esta es la manifestación de fe que más católicos reúne el viernes de Semana Santa en Zamora, más ahora que no se tiene la tradición de celebrar el Vía Crucis Viviente en la ciudad (aunque sí se realizan algunos en parroquias de la localidad).

Se calculó que en esta ocasión, en 2010, se contó con una participación cercana a los 30 mil varones, destacando la presencia de los jóvenes a lo largo de la Procesión.

De la misma forma que en años anteriores, se contó con la participación de corporaciones de auxilio que brindaron apoyo a las personas que así lo requirieron debido al esfuerzo realizado durante la caminata.

Aunque el tráfico vehicular es escaso en Viernes Santo, fue necesaria la colaboración de la Subdirección de Tránsito del Estado para poner orden y evitar que las calles y avenidas por donde pasó la Procesión fuera invadida por automóviles.

Sobre los orígenes, y aunque todavía viven algunas de las pocas personas que participaron en la primera Procesión del Silencio, realizada hacia 1959 bajo la iniciativa del Club Caballeros de Don Bosco, solamente se hace alusión al padre Pedraza, como iniciador de esta procesión que hoy distingue a Zamora.



Las últimas dos fotos, la penúltima con vista hacia el norte y la última con vista hacia el sur, expresan la magnitud de la marcha con alrededor de 30 mil varones colmando la avenida 5 de Mayo en Zamora, una de las más anchas y largas de la ciudad.

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