Zamora, fundación del siglo XVI en el esquema de urbanización de la Conquista, se organizó, en sus primeros años, sobre los patrones de territorialidad que ya se habían establecido en la ciudad de México.
En el valle llamado
de Tziróndaro existían, a principios del siglo XVI, algunos pequeños poblados. La tierra se inundaba frecuentemente pero,
por lo mismo, era sumamente fértil. Al suelo de excelente calidad se agregaba
un clima benigno. De estas bondades se aprovechaban los escasos pobladores del
valle: se trataba, de acuerdo al profesor Jesús Romero Flores, de
"cuitlatecos" o "tecos" que habitaban la región a la
llegada de los españoles; eran de ascendencia nahoa, al ser una rama de los
toltecas de Tula. Si hacemos caso a esta información, fue en esta parte del
occidente de Michoacán (lo que sería después Zamora y Tarecuato) en donde se
asentaron los tecos que no se mezclaron con los purépechas.[1]
Debido a las
características del terreno, siempre cenagoso, es muy posible que estos
asentamientos sí hayan estado localizados, como lo sugiere don Francisco García
Urbizu, en las partes altas, que serían, Chaparaco, Atacheo y La Sandovaleña.[2]
Fue en 1574 que
llegaron acá tres docenas de vecinos españoles: "dícese que venían de León
y más concretamente de la ciudad de Zamora''. Este poblamiento estuvo
coordinado por el virrey Martín Enríquez de Almanza, quien mandó al doctor
Alonso Martínez para que se encargara de repartir solares y caballerías de
tierra entre los nuevos vecinos.
Como decíamos, se
obró igual que en la ciudad de México: se marcaron límites muy claros entre la
zona de los indios y la de los españoles: se delimitó la traza de la nueva
villa de manera que el río Grande (Duero) sirviera como frontera: hacia el sur
del río sería zona exclusiva para los indios; del río hacia el norte, se marcó
un rectángulo, dividido en solares, que probablemente sea el que aparece en el
croquis de Zamora, Jacona y Miraflores, del siglo XVI.
Croquis de Zamora y Jacona en el siglo XVI.
Si observamos la
traza del mapa, no excluye la suposición de don Francisco García Urbizu y de
don Francisco Elizalde, quienes afirmaron en su momento que la primera
construcción se hizo en la margen norte del río, en el punto en que es ahora la
esquina de Corregidora y 5 de Mayo. Es de notarse también la proximidad que
existe entre ese sitio y el lugar en que se bifurcaba el río para generar lo
que se conoce como canal del Calvario: tal escuadra señala, en mi opinión, una
referencia en dos sentidos, muy importante para la ubicación.
Por lo visto no era
el doctor Alonso Martínez ni tan exigente ni tan ilustrado como Mendoza.
Probablemente, siendo buen administrador, se cuidó sobre todo de que las
reparticiones de solares resultasen justas y de marcar claramente la frontera
de la "república" de indios. La primera traza es, en términos
urbanísticos, comparándola con el patrón renacentista de moda en la época, más
bien pobre.
Todo hace suponer,
refiriéndonos a la ubicación en que aparece Jacona en el dibujo, que el
cuadrado abarcaba, en el sentido
oriente-poniente, desde el sitio que ya he mencionado (Corregidora y 5 de Mayo)
, hasta lo que es ahora la calle de Madero (referencia esta última que se
aprecia mejor en el plano de época posterior que perteneció al archivo de los
Jasso.
En el otro sentido,
en el norte-sur, el límite al sur era el río "grande"; hacia el
norte debió haber terminado, si atendemos a las proporciones del croquis, en la
actual calle de Ocampo.
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