Voy por la noche de puerta en puerta
toco la luz y me quema
sílaba a sílaba
grito
tu nombre
nadie responde
ciego de vida muerdo
la manzana
alguien me asecha
alguien me sigue
nadie me conoce
la noche se adelgaza
se afila, dura, metálica
hunde frío su puñal
no sangra la herida
duele la ausencia
sabor amargo de despedida
la noche es un verso de evocaciones
rostros sin cara, caras sin nombre
tú ríes, él llora, ellos cantan
el agua es una sombra que crece
pero no tiene cuerpo
ni dimensión estática
es una lengua fría
condenada al amargo silencio de la piedra
por eso gime, se queja.
Palpo tu nombre,
tiembla la herida
sólo tus ojos enormes
absortos y profundos
fríos y redondos
como un reproche
Sólo aquí te conoces
en la arena perdida
en la ola errabunda
en la hora suspendida
aquí sabes quien eres
pero al llegar la aurora
se te olvida
los peces vagabundos de la noche
se tragaron tu pupila
sólo queda lo blanco de tus ojos
desierto de espuma
blancura alucinante del despojo
segura
pura
oscura
dura
madura
para llorar sin lágrimas
para reír sin risas
para hablar sin palabras
para alumbrar sin luz
para vivir sin vida
y yo de puerta en puerta
ciego de luz
golpeando en los postigos de la aurora.
Noviembre 20 de 1975.
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