En 1856, bajo el pontificado de Pío IX, la fiesta del Sagrado Corazón se extendió a la Iglesia Universal. Varios estados europeos fueron consagrados a su culto, cuya importancia creció de tal manera que el siglo XIX llegó a conocerse como el siglo del Sagrado Corazón, contextualizando la búsqueda de un tipo de piedad más popular, que hizo resurgir las devociones marianas, el culto a las reliquias y a los santos.
Según la información que recogió el Lic. Arturo Rodríguez Zetina, la construcción del templo comenzó el 12 de octubre de 1892, siguiendo el proyecto realizado por Juan Zaragoza. Al parecer, el diseño original preveía levantar dos torres. Pero es evidente que el proyecto se modificó: según Rodríguez Zetina, fue Juan Segura, quien dejó sólo una torre en el centro. Sin embargo, en el proyecto que finalmente se siguió, aparece en el ángulo inferior izquierdo la leyenda: José Dolores Sánchez proyectó este en Zamora, Mich. Como el conocimiento que tenemos de los maestros constructores activos en la región es todavía escaso, dejaremos apuntada la diferencia de nombres de autoría a la espera que futuras investigaciones completen el perfil profesional de los mismos.
En el sitio donde se construyó la iglesia del Sagrado Corazón, había una casa habitación, perteneciente a la testamentaría de Don Ramón García Vallejo.
Es posible que el Pbro. Faustino Murguía haya estado encargado de la fábrica material desde sus inicios. Si así fue, seguramente fue el responsable de la construcción inmediata de un jacalón paralelo a la calle, donde se empezó a celebrar misa. Por 10 menos en 1894 -dos años después del inicio de la construcción- era el mismo Murguía quien estaba a cargo de la obra que pensaba inaugurar en de enero de 1900.
Sin embargo la obra avanzó penosamente, entre enormes dificultades económicas a pesar de recibir recursos de distintas procedencias.
El conflicto entre la Iglesia y el Estado, que llevó al cierre de numerosos templos en 1926, también tocó a Zamora. El 31 de julio de ese año, la iglesia -aún en construcción, pero funcionando como tal- se entregó a una comisión formada por varios ciudadanos.
El inventario que se levantó en esa oportunidad, habla de la pobreza patrimonial del templo, donde había solamente tres esculturas: el Sagrado Corazón de Jesús, el Sagrado Corazón de María y un San José, y catorce cuadros pequeños del Vía Crucis.
En 1930 el culto estaba abierto en una sola nave y así continuó hasta 1933, cuando se retomaron las obras. El 8 de mayo de 1936 el encargado del templo, Pbro. Francisco Padilla, levantó un inventario del «Oratorio del Sagrado Corazón de Jesús» «que está adaptado provisionalmente en una de las bóvedas del templo en construcción» (...) «y que los materiales empleados son adobón, mezcla, cantera y cemento».
La única nave que se utilizaba era la norte, que tenía piso de madera y estaba cubierta con bóveda de crucería. Las otras dos bóvedas estuvieron sin cubiertas hasta 1946-47 aproximadamente, después de la muerte del P. Murguía en 1946, cuando se hizo cargo como capellán de la iglesia Jorge Vázquez Cornejo.
Con la asesoría del Ing. José Luis Amezcua, de Guadalajara, se proyectó el altar, el trono y el manifestador. El mismo Ing. Amezcua presentó en 1951 un estudio referido a la verificación de la estabilidad de las bóvedas. Todas estas obras emprendidas entre 1946 y 1954 provocaron gastos por 306.000 pesos.
Desde 1957 comenzó la campaña de solicitud de donativos para la construcción del Altar Mayor para el que se había elegido como material el mármol y para la instalación de los ventanales, que se sentían como una imperiosa necesidad. Con el mismo fin conseguir fondos para continuar la construcción en 1959 se abrió una cripta para restos bajo el altar mayor.
Once años después del estudio del ingeniero Amezcua, en 1962 ya habían sido reforzadas las bóvedas y se iba a comenzar con el recubrimiento interior de la iglesia con cantera. Pero a pesar de este anuncio, las obras se llevaron a efecto entre 1969 y 1975, del mismo modo que los altares.
En 1963 GUIA dedicó un número a la construcción del Sagrado Corazón: en ese momento se estaban acondicionando las naves que todavía no entraban en funcionamiento; se construye parte del piso del altar mayor, se limpiaron y pulieron las columnas, los arcos y las bóvedas, así como las puertas mayores, de cedro rojo.
Los vitrales se realizaron entre 1976 y 1982, siguiendo una idea del P. Vázquez, y el diseño estuvo a cargo del sacerdote Mario Amezcua Barrera y la realización es del vidriero Víctor Franco. El P. Amezcua también es el responsable de los murales de las iglesias de Fátima en Apatzingán, Santa María Tomatlán en el Distrito Federal y la iglesia de Nuestra Señora de la Esperanza en Jacona, Mich., en la que también hizo los vitrales, el diseño arquitectónico y la decoración en general.
Hay 24 vitrales, de los cuales 10 representan ángeles músicos. Un estudio iconológico de los 14 vitrales restantes, ha demostrado que es posible agruparlos en dos series: los vitrales proféticos reunidos en tomo a dos temas salvíficos, a) por medio de la venida de Cristo -los cuatro primeros a la izquierda que representan a Juan, Moisés, Isaías y Ezequiel-; y b) por la muerte de Cristo -los cuatro primeros a la derecha que representan a Oseas, Zacarías, Daniel y Jonás-; y los vitrales del Nuevo Testamento que comienzan con el quinto del lado izquierdo con el tema del Nacimiento y siguen rodeando el altar, la Multiplicación de los panes, la Resurrección, la Crucifixión, el Antiguo y el Nuevo Testamentos y la Ultima Cena. La idea central es la glorificación del Cristo Salvador.
La dilatada construcción de esta iglesia pudo haber traído como consecuencia la decisión de cambiar el partido arquitectónico neogótico original. Abundan los ejemplos de estos cambios de rumbos, impulsados por nuevos gustos, nuevas necesidades y sobre todo, carencias económicas para terminar una obra de esta magnitud. En el caso del Sagrado Corazón, lo único que hay que lamentar es que no se haya terminado la torre central, hecho que orilla al edificio al grupo de las obras «inconclusas» de la ciudad.
El apego al proyecto, en especial en cuanto al cerramiento de las bóvedas, creó un espacio de nobles proporciones. Tanto los elementos estructurales propios del estilo, como las nervaduras de las bóvedas, los pilares con medias columnas adosadas, así como los elementos ornamentales, o los arcos apuntados rematados por gabletes que culminan los altares laterales, o los rosetones de la fachada, se conjugan armónicamente con la limpieza ornamental del interior y el diseño del altar mayor. En cuanto al mismo, es interesante relacionarlo con la fachada de la Purísima de la ciudad de Monterrey, obra del arquitecto Enrique de la Mora, de 1943.
(Texto publicado originalmente en la revista Entorno, de Ingenieros y Arquitectos de Zamora, A.C., con con la autoría de la doctora Nelly Sigaut, profesora investigadora del Centro de Estudios Históricos de El Colegio de Michoacán, y con datos aportados en su libro Catálogo Arquitectónico del Bajío Zamorano, Primera Parte: la Ciudad de Zamora, publicado por el propio ColMich. Las extraordinarias fotografías que ilustran los reportajes gráficos de Entorno son de Alberto Vázquez Cholico).
Santuario Guadalupano de Zamora en Michoacán.
Fotografía de Ricardo Galván Santana y Francisco Magdaleno Cervantes.
viernes, 28 de enero de 2011
Templo Expiatorio de El Sagrado Corazón de Jesús en Zamora, Michoacán
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Jaime Ramos Méndez
Fotografías antiguas de Zamora - Calzada Zamora-Jacona anegada en tiempo de lluvias
jueves, 27 de enero de 2011
Plaza de los Insurgentes en Zamora - Fotografía de Víctor Javier López Mendieta
Plaza de los Insurgentes, llamada así porque está aledaña o cercana, al menos, a calles con nombres de héroes independentistas y junto al Centro Comercial que lleva el nombre de Morelos. Las calles son Guerrero, Allende, Aldama y Corregidora
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Jaime Ramos Méndez
En la calle Michoacán de Zamora - Fotografía de Ana María Caballero
Con esta colorida postal le damos la bienvenida a este blog a la gran fotógrafa zamorana Ana María Caballero Moreno quien durante años ha aportado la fotografía que ilustra la portada de Las Ventanas, suplemento cultural del semanario Guía -ver la liga de Guía en la parte inferior de este blog, en "Enlaces fraternos".
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Jaime Ramos Méndez
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Fotos de Ana María Caballero,
Imágenes de Zamora
miércoles, 26 de enero de 2011
La Beata desde Camécuaro, municipio de Tangancícuaro - Fotografía de Martha Alicia Caballero Moreno
Otra perspectiva de La Beata, obtenida por Martha Alicia desde otra perspectiva (también) del Parque Nacional Lago de Camécuaro. Es, desde este punto de vista, en que es más notorio que éste es un volcán (muy apagado para fortuna nuestra).
(Martha Alicia y Ana María Caballero ofrecen en Zamora servicios profesionales de fotografía en su estudio, Proyección Fotográfica, ubicado en Colón Ote. No. 172. Tel. 351 515 50 84).
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Jaime Ramos Méndez
sábado, 22 de enero de 2011
Fotografías antiguas de Zamora - Caserío, Catedral Inconclusa y torre de San Francisco en Zamora, Michoacán
Aunque en esa imagen no aparece el cerro de La Beata, la vista es hacia el oriente de la población. En primer plano se aprecian los tejados de las típicas casonas zamoranas, a dos aguas y con tapanco. Al fondo se aprecia la Catedral Inconclusa, ahora Santuario Guadalupano, tal como permaneció a lo largo de muchos años. A la derecha, se yergue esbelta la torre del templo de San Francisco.
Jaime Ramos Valencia comentó: "...estoy seguro de que la foto fue tomada desde la torre de La Purísima"; es decir, desde la esquina de la calle de Madero con Colón.
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Jaime Ramos Méndez
Parque Nacional Lago de Camécuaro en el Municipio de Tangancícuaro, Michoacán - Fotografía de Sergio Alfaro Romero
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Jaime Ramos Méndez
viernes, 21 de enero de 2011
Ocaso en Zamora, Michoacán - Fotografía de Víctor Javier López Mendieta
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Jaime Ramos Méndez
jueves, 20 de enero de 2011
La decencia en el vestido femenino en Zamora (1952) - Zamora en Guía
Desde los primeros ejemplares de la Publicación Parroquial se incluyó una sección de “Consultas” en la que se respondía a inquietudes manifestadas en forma de preguntas por los lectores o acuñadas por los sacerdotes que participaban en el periódico a partir de las dudas manifestadas por sus feligreses. En aquel agosto de 1952, por ejemplo, se preguntaba: “¿Es permitido usar la manga japonesa?” La campaña para promover el vestir decente de las mujeres fue constante durante los primeros años del semanario. Respecto a la pregunta se responde, citando a “un autor”: “No es cuestión de centímetros de tela: es cuestión de metros y aun KILÓMETROS DE FE, DE AMOR A DIOS Y DE REFLEXIÓN”
En la imagen, la manga japonesa, que dejaba al descubiero los brazos, casi desde los hombros.
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Jaime Ramos Méndez
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Monografía de Zamora,
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Zamora en Guía - Asociación de Santa Cita en Zamora
Por aquellas fechas, agosto de 1952, había en Zamora varios grupos católicos que se reunían periódicamente a realizar estudios doctrinales, diversos actos religiosos y ayos en la organización de la mayoría de las celebraciones religiosas. Existía, por ejemplo, la Asociación de Santa Cita, “única congregación de sirvientas que existe en la ciudad”, y Guía pregunta: ¿Por qué las amas de casa no mandan a sus sirvientas a esta reunión instructiva que les es de tanto provecho descargándose así de una obligación?
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Jaime Ramos Méndez
Zamora en Guía - Primera Piedra del Teatro Don Bosco de Zamora
Al lado de la nota anterior, el 17 de agosto de 1952, Guía dio a conocer que la santa Sede había aceptado la causa de la beatificación del padre Pro., “mártir de Cristo Rey”. En una nota de importancia local se informó de la “solemne bendición y colocación de la PRIMERA PIEDRA del ‘Teatro Don Bosco’ por el Excmo. Sr. Obispo Diocesano, en los terrenos del Oratorio Festivo Salesiano”
En la imagen, parte de la fachada del Colegio Colón de los salecianos en Zamora; a su lado, el templo de Los Dolores, también a cargo de los salecianos.
El Teatro Don Bosco se encuentra en un espacio posterior a estos dos inmuebles.
En la imagen, parte de la fachada del Colegio Colón de los salecianos en Zamora; a su lado, el templo de Los Dolores, también a cargo de los salecianos.
El Teatro Don Bosco se encuentra en un espacio posterior a estos dos inmuebles.
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Jaime Ramos Méndez
Zamora en Guía - Cantamisa del padre Alfonso Martín del Campo - Sacerdote zamorano
En Guía del 17 de agosto de 1952 encontramos una noticia que tiene qué ver con el comienzo de la vida sacerdotal de uno de los presbíteros más reconocidos en Zamora: la Cantamisa del joven Alfonso Martín del Campo, recién ordenado en la Catedral. Cantó su primera misa solemne en la capilla de La Medallita Milagrosa.
En la imagen el interior del Templo Expiatorio del Sagrado Corazón de Jesús en Zamora, a cargo del padre Martín del Campo durante muchos años, hasta que enfermó y tuvo que retirarse del ministerio activo.
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Jaime Ramos Méndez
La Casa Ortiz en Zamora
La casa Ortiz, ubicada en la calle de Hidalgo 45 sur de nuestra ciudad, es representativa de las grandes casas-habitación con la solución arquitectónica clásica del siglo XVIII en Zamora, aunque la edificación que nos ocupa en esta ocasión fue construida a principios del presente siglo, según puede constatarse en la fecha escrita sobre la puerta principal: 1905.
En estas casas, el portón principal se destaca en la fachada, que incluye 2 o 3 ventanas, por lo general de la sala, lugar “para recibir a las visitas”. El portón tiene las proporciones necesarias para permitir el ingreso a la casa de personas, animales y vehículos (no automóviles). Entre el zaguán y el patio central hay un espacio de transición que termina en un cancel. Esto permite mantener abierta la puerta principal, manteniendo así la comunicación con el exterior, pero con la seguridad que aporta el cancel.
El patio central es un factor importantísimo de iluminación y ventilación para toda la edificación. El patio cumple, además, una importante función como distribuidor al resto de la casa, ya que a su alrededor se sitúan las habitaciones, la sala y de manera muy destacada, frente a la entrada principal, atravesando el patio, el comedor. En la casa Ortiz el comedor se destaca aún más porque la altura de los vanos de su puerta y ventanas son más altos que los del resto de las habitaciones.
En un segundo patio, situado como es tradicional en estas edificaciones en la parte posterior de la casa, estaban la cocina, el corral, la despensa, la carbonera, el único baño de la casa, los lavaderos, los tendederos, un pequeño huerto de árboles frutales, una caballeriza, etc. Un alero rodeaba al patio, sin columnas.
En esta casa vivió Antonio Plancarte, quien la vendió al licenciado Laris Rubio. Tiempo después la casa fue adquirida por el señor Francisco Ortiz, quien la rentó al doctor Florencio Ruiz Acosta durante cuatro años, tiempo en que funcionó como sanatorio privado. Desde hace 34 años la casa Ortiz es habitada por el señor Victorino Ortiz y su familia.
Han sido muchas las modificaciones que se le han hecho a la casa original, la más importante de éstas es la remodelación y ampliación hacia el lado norte de la casa, de 4 x 20 metros aproximadamente, que se realizó a mediados de la década de los años 50 con la intención de adecuar la casa a los requerimientos de la vida moderna, pero conservando al máximo su fisonomía original.
Se utilizaron materiales como el adobe y el tabique y se conservó la planta, techumbre y tapancos. El segundo patio se transformó en un jardín que incluye un chapoteadero. Actualmente este jardín luce enredaderas y algunos árboles: sauce llorón, naranjos, limones, ficus y níspero.
Se cambiaron las vigas y los soportales originales de madera por otros de fierro para lograr claros más amplios entre los pilares, que también eran de madera y se cambiaron por tubos de acero con basamentos de cantera y capiteles tallados en estilos clásicos. Los pisos de barro y el empedrado se cambiaron por mosaico.
En la fachada, las ventanas, la puerta principal y la de la cochera están rematadas con frontones en forma de prisma triangular, en un estilo que pudiéramos llamar «Neo clásico». La cantera de los marcos parece ser del rumbo de San Luis Potosí y está trabajada en sillería. La puerta principal está flanqueada por dos columnas adosadas, con decoración de medallones con motivos neoclásicos. El marco incluye un arco de medio punto que en su piedra angular muestra la fecha de terminación de la casa. Corona la fachada una balaustrada, situada sobre el plano de la puerta principal. Adornan chapetones, medallones, remates y una cornisa de estuco, hechos a mano con plantillas y armados sobre la fachada.
En el interior, alrededor del patio central, corona una arquitrabe y un remate adicional acorde con la balaustrada de la fachada. En esta arquitrabe destaca un detallado trabajo hecho artesanalmente con plantillas.
Originalmente contaba Con 3 portales solamente: al sur, oriente y poniente. Con la ampliación se le agregó otro portal, habitaciones y una cochera. Actualmente cuenta con quince habitaciones, tres baños completos y dos medios baños. En el patio central se encuentra una fuente hecha con una rueda de molino de piedra brasa.
Gracias a una vela plegadiza de manta con la que se cubre el claro del patio central, se ha logrado un auténtico invernadero en el que se encuentra una gran variedad de plantas de sombra, lo que contribuye a proporcionarle a toda la casa un ambiente fresco.
Sin duda alguna la casa Ortiz es representativa de toda una época de la arquitectura zamorana y de la decisión de sus propietarios por conservarla como monumento patrimonial de nuestra ciudad.
(Texto publicado originalmente en la revista Entorno, de Ingenieros y Arquitectos de Zamora, A.C., con con la autoría de la doctora Nelly Sigaut, profesora investigadora del Centro de Estudios Históricos de El Colegio de Michoacán, y con datos aportados en su libro Catálogo Arquitectónico del Bajío Zamorano, Primera Parte: la Ciudad de Zamora, publicado por el propio ColMich. Las extraordinarias fotografías que ilustran los reportajes gráficos de Entorno son de Alberto Vázquez Cholico).
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Jaime Ramos Méndez
Invitación a celebrar el Año Nuevo P'urhépecha - Cortesía de Tata Pedro Victoriano
Tata Pedro Victoriano ha publicado en su página de facebook este video en que invita a celebrar el Año Nuevo P'urhépecha con el siguiente texto: SPOT en ESPAÑOL de Kurhikuaeri K’uinchekua, -renovación de Ch’upiri Jimbaŋi (Fuego Nuevo), con lo cual, los p’urhépecha iniciamos el Juchari Uéxurhini (Año Nuevo P’urhépecha)-. La imágenes corresponden a la entrega de MIDECHA (Símbolos en Jarácuaro, 28 de febrero del 2010. )
miércoles, 19 de enero de 2011
Mujeres dignas - Fotografía de Caramelo Macab
Siempre orgullosa de la gente de su región, Caramelo Macab nos regala esta imagen a la que ha titulado ella misma "Mujeres dignas".
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Jaime Ramos Méndez
Fotografía antigua de Zamora - Calzada Zamora-Jacona anegada
Se sabe que se podía navegar entre Zamora y Jacona. Esta imagen de la Calzada Zamora-Jacona es una prueba de que el anegamiento del valle en tiempo de lluvia era tal, que la travesía entre ambas poblaciones se podía realizar, perfectamente, "en lancha"...
martes, 18 de enero de 2011
Receta tradicional - Chongos Zamoranos
CHONGOS ZAMORANOS
Ingredientes
2 litros de leche
Cuajo líquido en tabletas
2 cucharadas de agua si es necesario
La miel
1/2 taza de piloncillo rallado o azúcar morena
1 trozo de canela de 5 cm en tiras
Manera de prepararse
Caliente la leche a 50 grados centígrados (o siga las instrucciones del fabricante del cuajo). Si está usando tabletas, tritúrelas y disuélvalas en el agua cuando la leche alcance la temperatura correcta, no antes. Mezcle el cuajo con la leche y revuélvala durante 20 segundos para que se distribuya uniformemente. Tápela y déjela en un lugar tibio. Aunque la leche se cuaje en mucho menos tiempo, es mejor dejarla 2 a 3 horas. Para probar si la leche se ha cuajado como debe, ponga un dedo sobre ella, la leche cuajada no debe adherirse a la piel, sino separarse con facilidad de ella.
Corte la leche cuajada en triángulos o rectángulos, espolvoreélos con azúcar, insete rajitas de canela en el suero donde la leche cuajada se separa. Ponga el recipiente a fuego muy lento; tal vez tenga que usar placas de asbesto y deje hervir la leche lo más bajo que pueda, de manera que las burbujas no rompan la leche cuajada. Manténgala a fuego lento hasta que la leche cuajada esté casi dura y se haya encogido un poco como 3 horas. Déjelos enfriar completamente. Retire los cuajos del suero, córtelos en trozos más pequeños si lo desea y escúrralos completamente.
Mientras los chongos se están cociendo prepare el almíbar. En una cacerola gruesa vierta el agua, el azúcar y la canela. Cuézalas a fuego lento, removiendo de vez en cuando hasta que el azúcar se haya disuelto. Continúe el hervor hasta que se reduzca 1 tazas de 15 a 20 minutos. Déjelo enfriar.
Cuando los trozos de leche cuajada estén completamente fríos y escurridos, colóquelos en un platón por encima estarán bastante tiernos y por debajo tendrán una especie de burbujas color café. Vierta la miel alrededor y déjelos macerar durante 1 hora antes de servirlos. Siempre guárdelos en el refrigerador.
(Nota importante: esta receta fue publicada en el libro Michoacán a la mesa, coordinado por Luis González y González y Carlos Blanco y publicado por el Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, el Colegio de Michoacán y el Gobierno del Estado de Michoacán en 1995. La receta fue aportada por Livier Ruiz de Suárez, "investigadora acuciosa de la cocina michoacana, y desde luego cocinera comprometida con la preservación y difusión de la gastronomía mexicana", en palabras de América Pedraza quien realiza la Presentación de los recetarios contenidos en Michoacán a la Mesa).
Esta receta se publica a petición de Mafaldiuka, seguidora de este Blog que en la entrada de Dulces típicos de Zamora hizo el siguiente comentario: "Podrían poner alguna receta de estos dulces típicos, cuando se vive fuera de México y de Zamora se extrañan estos sabores... "
Ingredientes
2 litros de leche
Cuajo líquido en tabletas
2 cucharadas de agua si es necesario
La miel
1/2 taza de piloncillo rallado o azúcar morena
1 trozo de canela de 5 cm en tiras
Manera de prepararse
Caliente la leche a 50 grados centígrados (o siga las instrucciones del fabricante del cuajo). Si está usando tabletas, tritúrelas y disuélvalas en el agua cuando la leche alcance la temperatura correcta, no antes. Mezcle el cuajo con la leche y revuélvala durante 20 segundos para que se distribuya uniformemente. Tápela y déjela en un lugar tibio. Aunque la leche se cuaje en mucho menos tiempo, es mejor dejarla 2 a 3 horas. Para probar si la leche se ha cuajado como debe, ponga un dedo sobre ella, la leche cuajada no debe adherirse a la piel, sino separarse con facilidad de ella.
Corte la leche cuajada en triángulos o rectángulos, espolvoreélos con azúcar, insete rajitas de canela en el suero donde la leche cuajada se separa. Ponga el recipiente a fuego muy lento; tal vez tenga que usar placas de asbesto y deje hervir la leche lo más bajo que pueda, de manera que las burbujas no rompan la leche cuajada. Manténgala a fuego lento hasta que la leche cuajada esté casi dura y se haya encogido un poco como 3 horas. Déjelos enfriar completamente. Retire los cuajos del suero, córtelos en trozos más pequeños si lo desea y escúrralos completamente.
Mientras los chongos se están cociendo prepare el almíbar. En una cacerola gruesa vierta el agua, el azúcar y la canela. Cuézalas a fuego lento, removiendo de vez en cuando hasta que el azúcar se haya disuelto. Continúe el hervor hasta que se reduzca 1 tazas de 15 a 20 minutos. Déjelo enfriar.
Cuando los trozos de leche cuajada estén completamente fríos y escurridos, colóquelos en un platón por encima estarán bastante tiernos y por debajo tendrán una especie de burbujas color café. Vierta la miel alrededor y déjelos macerar durante 1 hora antes de servirlos. Siempre guárdelos en el refrigerador.
(Nota importante: esta receta fue publicada en el libro Michoacán a la mesa, coordinado por Luis González y González y Carlos Blanco y publicado por el Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, el Colegio de Michoacán y el Gobierno del Estado de Michoacán en 1995. La receta fue aportada por Livier Ruiz de Suárez, "investigadora acuciosa de la cocina michoacana, y desde luego cocinera comprometida con la preservación y difusión de la gastronomía mexicana", en palabras de América Pedraza quien realiza la Presentación de los recetarios contenidos en Michoacán a la Mesa).
Esta receta se publica a petición de Mafaldiuka, seguidora de este Blog que en la entrada de Dulces típicos de Zamora hizo el siguiente comentario: "Podrían poner alguna receta de estos dulces típicos, cuando se vive fuera de México y de Zamora se extrañan estos sabores... "
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Jaime Ramos Méndez
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Recetas tradicionales
Fotografía antigua de Zamora - Tranvía de mulitas sobre el Río Zapadores
Otra imagen del tranvía de mulitas entre Zamora y Jacona. Esta vez dos vagones sobre el puente en el Río Zapadores, conocido ahora como Río Nuevo y es el actual límite entre los municipios de Zamora y Jacona. En realidad no se trata de un río natural sino de un canal cavado por soldados del ejército porfirista mediante picos y zapas (una especie de pala). Por esta razón los zamoranos identificaban a los soldados como "zapadores" y al canal como "río de zapadores".
Catedral de Zamora - Fotografía de Víctor Javier López Mendieta
Con esta extraordinaria imagen de la Catedral de Zamora en su Plaza de Armas o Principal, inauguramos la participación en este blog de Víctor Javier, un fotógrafo ocupado en su propia profesionalización a través de una constante búsqueda entre el manejo técnico de los recursos técnicos a su alcance y el desarrollo de su propia perspectiva fotográfica.
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Jaime Ramos Méndez
viernes, 14 de enero de 2011
Fotografía antigua de Zamora - El tranvía de mulitas entre Zamora y Jacona
El "tranvía de mulitas" entre Zamora y Jacona. La imagen muestra dos vagones en la calle de Madero con vista hacia el Sur, aproximadamente en la esquina con la actual calle Guerrero. Al final del caserío, a la izquierda, puede apreciarse una de las columnas que aún existe de lo que queda del puente sobre el río El Duero; de la misma forma que hacia el final del caserío, a la derecha, se distingue el espacio del actual jardín del monumento a la madre.
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Jaime Ramos Méndez
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Zamora la vieja
Estación del Ferrocarril en Zamora
El siglo XIX introdujo enormes cambios que revolucionaron el perfil del mundo; de los más trascendentes fue el ferrocarril, uno de cuyos primeros ejemplos fue el que recorría el tramo Liverpool-Manchester, que se inauguró el 15 de septiembre de 1830. Alrededor de esta última década, los países involucrados en la revolución industrial comenzaron a construir también sus redes ferroviarias: Estados Unidos (1829); Francia (1831); Bélgica y Alemania (1835); Austria y Rusia (1837); Italia y Holanda (1839). Pero no tardaron mucho en extenderse hacia otros países menos desarrollados, pero de los cuales necesitaban extraer materias primas: Inglaterra llevó la vanguardia en sus colonias formales e informales.
Íntimamente asociada con el ferrocarril, surgió una de las más interesantes tipologías arquitectónicas del siglo pasado: la estación. La primera se construyó en Inglaterra y fue la de Liverpool Road, en Manchester. Era una estación muy modesta: una construcción de cinco vanos y dos pisos, con los raíles cubiertos por un techo de madera(1). Esta solución fue la más frecuente durante los primeros años, luego el tipo arquitectónico fue evolucionando hacia enormes Construcciones que adoptaron diferentes partidos formales, pero que sin duda modificaron el perfil urbano decimonónico.
Desde 1857 en que se concretó la concesión definitiva a la empresa Ferrocarril Central Mexicano, para el tendido de las vías férreas en el país, “quedó estipulado ante el gobierno liberal que correspondía a las compañías concesionarias la edificación y mantenimiento de las estaciones de paso y terminales”(2). El desarrollo del ferrocarril fue muy rápido, pues estos caminos de fierro, agilizaban el intercambio comercial nacional e internacional, el traslado de materias primas y productos agrope-cuarios desde los centros productores hasta los consumidores y/o exportadores.
La región de Zamora se fortaleció económicamente durante el Porfiriato y tanto por sí misma como por ser lazo de unión con otras regiones productoras, alcanzó relativamente pronto los beneficios del ferrocarril. Desde 1897 por lo menos, el ex-cura de Jacona y Abad de la Basílica de Guadalupe, Antonio Plancarte, había ofrecido a la empresa del ferrocarril, el terreno necesario para la construcción de la estación, en las inmediaciones de Jacona y así ambas poblaciones podrían disfrutar de este beneficio, pero esta propuesta no se concretó.
Este proyecto de Plancarte tuvo como corolario el que las vías del tranvía Zamora-Jacona (no hay que olvidar que él mismo había creado esta empresa) se prolongaran hasta la estación del Ferrocarril Central Mexicano. Esta inauguración se realizó ya en nuestro siglo, el 19 de julio de 1900.
Al decir de Luis González “a finales del siglo y a comienzos del obispado de Fernández, tuvo lugar un magno acontecimiento que violó en forma rotunda a la enclaustrada y levítica Zamora: en 1899 llegó el ferrocarril”(3). En efecto, a pesar de que el 10 de junio de 1899 llegó la primera locomotora al Jericó, el proyecto todavía no culminaba, pues el periódico “El Publicador” en su edición del 18 de junio de ese año, publicó un artículo que situaba a la mencionada locomotora “cerca del sitio en que se echan los cimientos, en los cuales ha de estribar el hermoso edificio de la estación de Zamora”. Sin embargo, el ramal Yurécuaro-Zamora no se inauguró sino hasta unos días después, el 1 de julio de 1899(4).
Es posible que para ese momento ya se hubiera terminado la estación, pues es una construcción muy sencilla, sin demasiadas complicaciones arquitectónicas, que responde con simplicidad a la función que debe desempeñar. Es un edificio con las características típicas de la estación de paso, tanto en su forma, que al alinearse a 10 largo del andén exige dos fachadas principales, así como su funcionamiento que proviene -como ya se ha dicho- de un programa arquitectónico bien definido para este tipo de construcciones.
(1) Nicolás Pevsner. Historia de las Tipologías Arquitectónicas. p. 271-272.
(2) Jaime Cuadriello. “El historicismo y la evolución de las tipologías arquitectónicas” en El Arte Mexicano, vol. XI, p. 1662.
(3) Luis González. Zamora p. 114
(4) Citado por Rodríguez Zetina. Zamora, ensayo histórico y repertorio documental. p. 818.
(Texto publicado originalmente en la revista Entorno, de Ingenieros y Arquitectos de Zamora, A.C., con con la autoría de la doctora Nelly Sigaut, profesora investigadora del Centro de Estudios Históricos de El Colegio de Michoacán, y con datos aportados en su libro Catálogo Arquitectónico del Bajío Zamorano, Primera Parte: la Ciudad de Zamora, publicado por el propio ColMich. Las extraordinarias fotografías que ilustran los reportajes gráficos de Entorno son de Alberto Vázquez Cholico).
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Jaime Ramos Méndez
Cuando el final se acercaba...
Por Jaime Ramos Méndez
Cuando el final se acercaba
yo ya sabía la conclusión;
todo acababa inseguro, incierto,
insalubre y enmedio
de la pestilencia ingrata
de tu comezón.
La verdad se ahonda
y olvido el reproche,
olvido tu nombre
y mi conclusión
en que vivo tan muerto
como niebla seca,
como llama informe,
con mi repulsión.
Se agrieta mi escarcha,
se nombra mi nombre,
se alcanza la cuesta
de tu oración.
Se olvida una fecha
que trae la palabra,
se desliza hasta el fondo
de una canción.
Cuando el final se acercaba
yo ya sabía la conclusión;
todo acababa inseguro, incierto,
insalubre y enmedio
de la pestilencia ingrata
de tu comezón.
La verdad se ahonda
y olvido el reproche,
olvido tu nombre
y mi conclusión
en que vivo tan muerto
como niebla seca,
como llama informe,
con mi repulsión.
Se agrieta mi escarcha,
se nombra mi nombre,
se alcanza la cuesta
de tu oración.
Se olvida una fecha
que trae la palabra,
se desliza hasta el fondo
de una canción.
viernes, 7 de enero de 2011
Santuario Guadalupano en Zamora (antes Catedral Inconclusa) - Fotografía de Sergio Alfaro Romero
Con esta magnífica imagen del Santuario Guadalupano inauguro la participación de Sergio Alfaro en estas páginas. Sergio es un extraordinario fotógrafo zamorano que capta con ojo profesional lo que a la mirada común pasa desapercibido.
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Jaime Ramos Méndez
Fotografías antiguas de Zamora - El tranvía de mulitas entre Zamora y Jacona
Estas dos fotografías muestran dos interesantes huellas de lo que fue el Tranvía de Mulitas entre Zamora y Jacona, fundado por inciativa del padre José Antonio Plancarte, Señor Cura y benefectaor de Jacona.
La primera imagen muestra a uno de los vagones en La Luneta, en la calzada Perfecto Méndez Plancarte, mejor conocida por los zamoranos como Calzada Zamora-Jacona. La vista, como se puede apreciar, es hacia el norte. A la derecha se puede apreciar el perfil de la Catedral de Zamora, y a la izquierda las torres, muy separadas entre sí, del templo de Los Dolores.
La segunda, muestra la entrada a Jacona, en una vista hacia el sur, exactamente en la bifurcación de lo que ahora es la calle Constitución, hacia la izquierda, y la propia Calzada, en la que se ven con toda claridad los rieles del tranvía.
En la biografía del padre Placarte escrita por el misionero claretiano Pedro García se lee:
"El avanzadísimo Padre Plancarte quería los últimos inventos de la técnica que pudieran hacer progresar socialmente a su pueblo querido. Y la idea del ferrocarril la tenía metida en la cabeza desde sus tiempos de estudiante en Oscott. ya en el destino parroquial que Dios le asignó, pensaba: ¡Hay que unir con el tren las dos poblaciones de Jacona y Zamora !...
Cualquiera diría que la idea iba a ser acogida con entusiasmo, pero todo se ina en dificultades. La frialdad de los capitalistas: ¡no nos atrevemos!... La indiferencia de los dos Ayuntamientos de Zamora y Jacona: ¿a qué viene eso?... Y la desidia de la población: ¡no, porque descarrilarán los vagones y nos estropearán el empredrado de las calles!... Todas estas sinrazones hacían impracticable cualquier intento de construcción. Pero el Padre Plancarte era tesonero porque sí, y aceptó ser parte de la Comisión formada al efecto y de la cual era el alma su hermano Luis..."
(Nota: la biografía del Padre Plancarte referida es: El padre Plancarte. Figura prócer de la Iglesia Católica en México. Publicación de la Congregación Hijas de María Inmaculada de Guadalupe. México, D.F., 2007).
sábado, 1 de enero de 2011
El cine en Zamora - Zamora en Guía
Respecto a la censura a las películas
que se exhibe en el cine Virrey de Mendoza: se advierte que ésta no es la que publica Guía, elaborada por la Legión Mexicana de la Decencia, sino una hecha por la Secretaría de Gobernación, mientras que la autorizada por la Iglesia puede encontrarse en las puertas de los templos, en algunos comercios y por supuesto en la propia hoja parroquial. En la censura en ese ejemplar, por cierto, la famosa película Chucho el Roto fue clasificada como C-1, no apta para niños, aunque sí para adolescentes y adultos.
Publicado en; Guía, Publicación Parroquial, Año I, No. 4, Agosto 3 de 1952, p. 2.
(En la imagen: según se lee en su fachada, el Gran Teatro Cine Ópera. Habrá que averiguar si este fue el edificio original o es el mismo de la calle de Ocampo, pero sin el mural en 3D que aún se puede apreciar en el estacionamiento que se quedó en su lugar -otro "Cinema Paradiso" zamorano-).
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Jaime Ramos Méndez
Santuario Guadalupano en Zamora (antes Catedral Inconclusa)
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Jaime Ramos Méndez
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Santuario Guadalupano,
Templos de Zamora
Comerte es un placer - Fotografía de Caramelo Macab
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Jaime Ramos Méndez
Fotografías antiguas de Zamora - Esquina de Hidalgo y Ocampo en Zamora
Al parecer la calle de Hidalgo sur esquina con Ocampo poniente (con vista hacia el sur). Se aprecian las torres que, sin duda, son de catedral, y la carnicería La "Mexicana". Obsérvense no solamente los tejados sino también los famosos alerones, que protegían a los transeuntes del sol y la lluvia (se quitaron en toda la ciudad en un afán de darle un aspecto moderno, quitándole el aspecto pueblerino o "ranchero"). Las casas, a todas luces de adobe, lucen puertas de madera y en sus ventanas postigos, también de madera y herrería artística.
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Jaime Ramos Méndez
No sé si tendré la paciencia necesaria
Por Jaime Ramos Méndez
No sé si tendré la paciencia necesaria
para dejarme morir lentamente
ante tu mirada.
No sé si la tendré suficiente
para morderme en la lengua
todas mis palabras.
No sé si la tendré
para inyectarme valor
de rebeldía líquida
y acabar de una vez
por todas
contigo.
No sé si tendré la paciencia necesaria
para dejarme morir lentamente
ante tu mirada.
No sé si la tendré suficiente
para morderme en la lengua
todas mis palabras.
No sé si la tendré
para inyectarme valor
de rebeldía líquida
y acabar de una vez
por todas
contigo.
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