jueves, 31 de marzo de 2011

Presa de Verduzco, o de La Luz, y cerro de El Curutarán en Jacona - Fotos de Víctor Javier López Mendieta



En dos versiones nos presenta Víctor esta magnífica toma de la Presa de Verduzco, o de La Luz, y el cerro de El Curutarán, en Jacona. Sin tratamiento digital y luego logrando un efecto con un colorido muy especial.

Árbol en el paisaje del Valle de Tangancícuaro - Fotografía de Jesús Ibarra Espinoza


En el paisaje que rodea a Tangancícuaro se pueden encontrar muchos motivos para lograr una buena imagen, como esta que nos ofrece Jesús, de gran sencillez y belleza a un tiempo.

Poesía de Luis G. Franco - Naufragio


NAUFRAGIO

Voy por el agua de mis recuerdos
vibra la cuerda de tu risa
todo es eterno, azul, igual
polvo y ceniza.

De pronto el mundo se quedó solo
un niño y una rosa
los anillos de Saturno en la memoria
y yo te busco
primitiva nostalgia ¿Qué busco?
el rostro del viento, el origen del agua
la órbita perdida del planeta muerto
sólo queda una estela blanca
y una herida
se fueron todos los hombres
y la tierra no sabe qué hacer con las canciones
yo soy el último hombre
ando recogiendo sueños, ilusiones
esqueletos de caballos, rosas marchitas
la risa y el llanto.

Todo se puso blanco, blanco
el niño busca a alguien
no sabe que todos emigraron.

El horizonte sin sol
la luna entre los charcos
alguna vez anduviste por estos campos
hace cinco mil quinientos años.

Las palabras saludan al silencio
el viento deshace las nubes con sus manos
entre la bruma gris como un fantasma
lentamente se hunde
el último barco
un ángel barre los escombros
otro hace llover fuego.  El niño corta la última rosa
y llora.

Yo por la noche te llamo y no respondes
¿Alguna vez existió el hombre?

Herida está de muerte la mañana
no volverá la tarde ni la noche.

Se esfumaron mis manos, se perdieron mis pasos
mi sombra entre las sombras lucha en vano.
Ahora sé que todo ha muerto
no recuerdo
tu nombre.

Octubre 25 de 1975.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Plaza Principal, kiosco y Parroquia de la Asunción en Tangancícuaro


Esta postal fue obtenida de la página en Facebook Yo Amo Tangancícuaro. Muestra la Plaza Principal de la población en una interesante perspectiva en que las líneas de las jardineras llevan justamente hasta la fachada de la Parroquia de la Asunción al centro de la imagen.

Procesión del Silencio en Zamora el próximo Viernes Santo


Con una organización que incluye servicios de asistencia médica a los participantes, la Procesión del Silencio en Zamora permitirá que más de 30 mil fieles colmen las calles de la ciudad el próximo Viernes Santo.


Frente a la parroquia de La Divina Providencia, en la parte Norte de la ciudad. La Procesión del Silencio cubre prácticamente los 4 puntos cardinales de Zamora.


Es impresionante apreciar las calles colmadas de varones en absoluto silencio, en una señal de respeto y profunda fe que se comparte paso a paso en el largo recorrido bajo el sol radiante en la Procesión del Silencio de Zamora.

martes, 29 de marzo de 2011

Receta antigua de los Camotes Cubiertos, clásicos del desayuno tradicional zamorano - Cortesía de La Casita de Plaza Las Palomas, en Zamora


DEL RECETARIO ANÓNIMO ZAMORANO DEL SIGLO XIX*

Camotes cubiertos
Conozca esta receta tradicional por cortesía de La Casita, el lugar en Plaza Las Palomas de Zamora en donde resistirse al antojo es peligroso "porque se te puede reventar la hiel", en el Blog de los Restauranteros Zamoranos, haciendo click con el cursor del ratón en este enlace: CASEMEZA, o en la liga de Mi lista de blogs, en el margen derecho de este mismo Blog.

* (Publicado en el libro Michoacán a la Mesa, coedición de El Colegio de Michoacán con el Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y el Gobierno del Estado de Michoacán).

Raíces de los sabinos en el Lago de Camécuaro - Fotografía de Víctor Javier López Mendieta


"Raíces" tituló Víctor Javier esta postal que muestra una de las características más peculiares de los viejos sabinos que rodean al Lago de Camécuaro.

Réquiem por Alfredo Peña Ramos de Ario de Rayón, Michoacán, Primera Parte - Amparo Solís Barragán

En su primer aniversario luctuoso

* Ex veterano de guerra * Impulsor del beisbol en Ario y también de los coros parroquiales

 AMPARO SOLÍS BARRAGÁN

ARIO DE RAYÓN, 25 de marzo de 2011.— Hoy se cumple un año de la partida de este mundo de Alfredo Peña Ramos, quien falleció a la edad de 84 años, después de sufrir fuertes dolores causados por el cáncer que padecía desde hacía más o menos 4 años, falleció en su tierra natal Ario de Rayón “Alfredito”, como muchos lo llamábamos; quizá por su sencillez y alegría de niño.

Sus restos fueron velados en la capilla de Jardín de la Esperanza, en Zamora, y a las 11:30 de la mañana del Viernes de Dolores, se celebró una misa de cuerpo presente en la parroquia de Santa Mónica, en Ario, en la que concelebraron su cuñado el sacerdote salesiano Alejandro Gómez, el Pbro. Herminio Hernández y el Pbro. Jesús Barragán Bueno (Chuchín).

UN POCO DE HISTORIA

Hace aproximadamente unos 15 años, Alfredo Peña llegó a mi humilde casa con un pastel, mi hermana Lucía quien cantaba en su coro de niños cumplía años, y junto con otras compañeras se presentó ahí para festejarla: “Hay que motivar a los niños para que participen en los coros”, decía.

Yo escuchaba hablar de él y lo veía en misa, pero no había tenido la oportunidad de conocerlo de cerca, se me hacía un personaje “extranjero” por su acento al hablar pero, al transcribir la entrevista que le hizo el subdirector de GUIA, que fue publicada en 1996, lo ubiqué más como un personaje sobresaliente de mi pueblo.

Hace unos 10 años, al integrarme al equipo de liturgia, empezamos a tener más contacto y hasta llegó a invitarme a participar en su coro, “jovencita, debes venir a ayudarnos a cantar, hacen falta voces”, me dijo una vez.

Yo le decía que habría que hacer otro coro entre la primera y la tercera edad, porque yo no encajaba en ninguno y soltaba tremenda carcajada.

Él seguía insistiendo en que fuera a cantar, como no coincidíamos en el horario para el ensayo, era tanto su interés que en una ocasión me prestó unas hojas escritas con la letra y un casete en el que grabó la tonada de los cantos que usaría un sábado por la noche, “para que tú ensayes solita”. No tuve otra alternativa que acudir a cantar, para complacerlo, pero yo sabía que tenía suficientes voces y muy buenas.

EX VETERANO DE GUERRA

Nacido en Ario el 10 de febrero de 1926, Alfredo Peña fue llevado muy pequeño a Estados Unidos, allá vivió varios de sus productivos años. El día 31 de julio de 1944, entró en el ejército para participar en la II Guerra Mundial, y como a todos los que quedan vivos en estos enfrentamientos le afectó tremendamente esta experiencia de guerra, historia que se publicó en GUIA (el 3 de noviembre de 1996).

IMPULSOR DEL DEPORTE

Cuando estuvo en Estados Unidos perteneció a un grupo de apoyo de matrimonios que se llamaba Santo Nombre, y al regresar a vivir por una temporada a su pueblo natal, en el año de 1958, le mandaron uniformes de basquet, balones, guantes de box, juegos de mesa; luego la iglesia le mandó 100 dólares con los que mandó hacer una mesa de ping pong.

Le prestaron un lugar junto a la tenencia de Ario, hizo un club y junto con los beisbolistas de ese tiempo formó el equipo de “Los Cardenales”, manejado por Rodolfo Bueno. Equipo que hasta la fecha continúa, ahora con el nombre de Cardenales de Ario, no con sus mismos integrantes, pero sí surgidos de las mismas familias.

En las imágenes (de arriba hacia abajo):
 * Alfredo bajo la sombra de sus obras.
*  Coro en la misa de cuerpo presente.
*  Familia de Alfredo con sus cenizas.

Interior del Santuario Guadalupano de Zamora - Fotografía de Jorge Hernández Álvarez


Singular composición entre los vitrales, el altar y la imágen de la Virgen de guadalupe en esta postal de Jorge; todo, en el ambiente claroscuro del Santuario Guadalupano de Zamora.

María Luisa - Novela por entregas III - Jaime Alonso Ramos Valencia


José

El papá se llamaba José; sólo José porque nadie preguntó nunca por su apellido. La niña llevaba el nombre de María Luisa y el apellido de su mamá: Fernández.

Él era un hombre extraño, no en su apariencia física
porque era un mestizo alto, delgado y vigoroso, de facciones varoniles; pero extraño, como con un pasado
que ocultar.

Había varias cosas que hacían pensar que
era un desertor: su viejo calzado, unas botas militares,
el uso aún, cuando no siempre, de polainas de cuero, y
la forma en que sostenía en su silla de montar, enfundado, un largo machete semejando un sable.
Era reservado y no tenía amigos; tampoco tenía miedo.

—¿José –le dijo su patrón cuando fue a buscar trabajo–,
tienes miedo? Te lo pregunto porque el trabajo que
te ofrezco es para andar los caminos donde todavía hay
muchos ladrones y alzados, a los que habrá que enfrentar.
¿Tienes miedo?

—Mire patrón –le contestó José–, si algún día tuve
miedo lo debo de haber olvidado en algún pantalón viejo,
colgado de algún clavo cuando dejé mi casa.

Lo dijo con tal convicción que el patrón le dio el
trabajo sin preguntar siquiera su apellido ni dónde
había dejado su casa.

Con el tiempo el patrón comprobó que no se equivocó
con José, porque con su astucia y su instinto evitaron
muchos enfrentamientos en sus viajes cuando, con
conocimiento del terreno, escogía vereda por camino,
con una sagacidad que ni los lugareños tenían; determinaba
si la carga la movían en un convoy de carretas o
con un hato de mulas; además era noble, leal, servicial
y obediente; tenía disciplina militar; pero sí guardaba
un secreto, mismo que no reveló ni cuando una tarde,
al pasar un arroyo, todos decidieron refrescarse con un
chapuzón.

Y José, al quitarse la camisa, siempre abotonadas
las mangas, descubrió una gran cicatriz en su
brazo izquierdo y otras más pequeñas en su espalda.

Cuando vio que lo observaban, volvió rápidamente a
ponerse su camisa y se retiró del grupo. Todos se guardaron
respetuosamente sus preguntas.

La Plaza de Armas de Zamora necesita atención de las autoridades municipales - Videoentrevista de TVZ con el arquitecto José Luis Caballero Moreno


La Plaza de Armas de Zamora necesita de la atención de las autoridades municipales, en opinión del arquitecto José Luis Caballero Moreno, quien forma parte, como Secreatrio, de la Mesa Directiva del Colegio de Arquitectos de Zamora.

El mejor café de Zamora en el Restaurante del Hotel Ram-Val


Conozca las pautas para prepararse un buen café en casa, cortesía del Restaurante del Hotel Ramval de Zamora, en donde se encuentran los mejores americanos y express de la ciudad, en el Blog  de los Restauranteros Zamoranos, haciendo click con el cursor del ratón en este enlace: CASEMEZA, o en la liga de Mi lista de blogs, en el margen derecho de este mismo Blog.

Virgen de la Esperanza, Patrona de la Diócesis de Zamora - Fotografía de Juan Carlos Zamudio


Imagen de Nuestra Señora de La Esperanza, Patrona de la Diócesis de Zamora, enmedio de una de las grandes procesiones en que el pueblo de Jacona, de Zamora y de toda la región le rinde tributo y devoción con sendas procesiones en que participan miles de fieles, sobre todo en su día, los 14 de febrero de cada año.

Calle Hidalgo de Zamora


En esta fotografía de la Calle Hidalgo Sur de Zamora, también llamada Calle Real antaño, se puede apreciar el pórtico perimetral que rodeaba al atrio de los actuales templos de San Francisco y San Juan Diego -antes Santuario Guadalupano-, a la izquierda en primer plano. También se aprecia otro elemento que ya no existe, al fondo, también a la izquierda de la calle, el Portal de Aguinaga. El resto de los elementos, incluyendo las casonas de la acera a la derecha del arrollo de la calle, conservan aún un aspecto idéntico, para fortuna nuestra.

Lago de Camécuaro - Fotografía de Carlos Pizarro Nieto - Yo amo Tangancícuaro


Esta bella fotografía de Carlos Pizarro Nieto, publicada en la página de Facebook Yo amo Tangancícuaro, muestra cómo el Lago de Camécuaro adquiere diversas tonalidades dependiendo del clima y la hora del día en que sea captada la imagen.     

Santuario de Guadalupe en Zamora - Video de Rubén Mejía García


Rubén Mejía se ha dedicado durante largo tiempo a la produción de video ya la fotografía. En esta aportación conjunta ambas artes y nos ofrece este audiovisual dedicado a un estudio fotográfico del Santuario de Guadalupe. El resultado, como todo lo que suele hacer, es muy disfrutable.

Rubén ofrece sus servicios de fotografía y video de sociales en los siguientes contactos: cel: 351 348 32 17 y e-mail: video.ruben@hotmail.com

viernes, 25 de marzo de 2011

Conozca las corundas o tamales amarillos - Joyas de la Gastronomía Michoacana

 

Corunda, hija del maíz

Las corundas son una especie de tamales de origen purépecha (en esta lengua se conocen como khurhúnda, que significa tamal de maíz) que se elaboran con harina de maíz blanca, agua y sal; se diferencian de los tamales de hoja de mazorca en que el relleno no es indispensable, su forma es un hexaedro irregular y su tamaño es reducido, pueden consumirse solas o como parte de una comida más elaborada. Con el tiempo, se agregaron otros ingredientes, como la manteca de cerdo durante la Conquista, y el polvo para hornear y una cocción de tequezquite en épocas recientes.

El secreto de la maza

Varios autores y cocineras oriundas de la región afirman que el secreto de una buena corunda está en el batido de la masa, sin embargo, nosotros consideramos que es más importante la preparación del maíz.

Maíz molido. De tradición, el maíz se nixtamaliza y se muele en metate, pero en la actualidad se lleva al molino con la instrucción de que sea “sólo martajado”, es decir, sólo se pase una vez por el molino (la masa debe mantenerse tan seca como sea posible).

Sustitutos. Si no se cuenta con el maíz blanco de la región, o para no realizar el nixtamalizado, se puede utilizar harina fresca para tamales (similar a la de nixtamal pero pasada más veces por el molino para obtener una harina fina), o por masa para tortillas (un maíz nixtamalizado y molido de manera industrial que se revuelve con agua para formar una pasta), sin embargo, la textura, la consistencia y el sabor de las corundas cambiarán ligeramente.

El envoltorio

Al realizar un recorrido por varios poblados de Michoacán se observa que, en cada uno, las corundas varían en sabor, tamaño, forma y envoltura; respecto de esta última, dos son los tipos de hojas que se utilizan para envolver la masa preparada. De manera hábil se forma un cucurucho en un extremo de la hoja que se va a utilizar y se va envolviendo hasta darle forma de hexaedro irregular (seis lados y cinco puntas).

De variantes en su forma

En otras regiones del estado, las corundas se envuelven de maneras un tanto diferentes: a) en forma de pirámide pequeña (cuatro lados y cuatro puntas); b) de forma plana rectangular, conocida como “huaraches”; y c) planas, ligeramente infladas que, al verlas de frente, parecen un “zapatito”.

Hoja de milpa. De acuerdo con la tradición, es la más utilizada para envolverlas, ya que les proporciona un sabor particular y suave. Surge de la caña de la planta del maíz. Aunque tiene una nervadura central que pareciera impedir su doblado y uno de sus lados presenta una ligera vellosidad, es la preferida por su tamaño.

En los sembradíos se cortan las hojas más tiernas, frescas y verdes para que sean lo suficientemente maleables. Se consiguen en los mercados en manojos de 20 hojas por 20 pesos; antes de usarse, se sumergen en agua caliente para suavizarlas y poder manipularlas, también se recomienda “quebrar” la nervadura con la mano o con una cuchara. Cuando las corundas ya están cocidas, se ven oscuras resultado del proceso de cocción.

Hoja de carrizo. Nativa del Mediterráneo. En varios poblados cercanos a Morelia es elegida para envolver las corundas ya que son angostas, largas y triangulares, si bien son de menor tamaño que las de milpa; no tienen nervadura central, lo cual facilita su manipulación y doblado, dan otro sabor e incluso un aroma distinto y poco común; se venden en manojos de 25 hojas por 4 pesos. Las formas que obtienen son las de “huarache” y “zapatito”.

Cómo envolver las corundas, paso a paso - Cocina Tradicional Michoacana


Visita el blog de CASEMEZA Restauranteros Zamoranos y aprende cómo envolver, paso a paso, las tradionales corundas michoacanas, ricos tamales de maiz, también conocidos como tamales amarillos o de ceniza, carcaterísticos de la gastronomía michoacana. Busca la liga en el márgen derecho de este blog, en "Mi lista de blogs", o bien has click con el cursor del ratón en esta liga: CASEMEZA Restauranteros Zamoranos

Organo tubular monumental del Santuario de Guadalupe en Zamora - Fotografía de José Luis Espinoza Melgoza


Portentoso, como es, luce su magnífica presencia en el interior del Santuario de Guadalupe su órgano tubular monumental, captado en toda su magnitud por José Luis, Pepe Espinoza.

Palacio Federal, antes Palacio Episcopal en Zamora - Fotografía de Juan Carlos Zamudio


Nos hacía falta esta perspectiva, completamente de frente, del Palacio Federal en Zamora para tener esta imagen de su imponente fachada que capta, en todo su esplendor y bellamente iluminada, Juan Carlos.

La fotografía forma parte del acervo de imágenes de Impresiones Láser del Valle de Zamora, empresa con una gran trayectoria produciendo material de promoción turísitca para todo el estado de Michoacán.

Santuario Guadalupano, antes Catedral Nueva de Zamora - Diseño original de Jesús Hernández Segura


Diseño original de la fachada de la Catedral Nueva de Zamora, ahora Santuario Guadalupano, firmado por José Hernández Segura, constructor de este edificio en su primera etapa y de otros más, de importancia, en Zamora y la región.

Personajes de Ario de Rayón, Michoacán - Don Alfredo Peña Ramos - Amparo Solís Barragán (Tercera parte)






Personajes de mi pueblo
Por Amparo Solís Barragán





Don Alfredo Peña Ramos
Exprisionero de guerra, practicante de las Bellas Artes,
deportista y al servicio de la Iglesia



Matrimonio, deportes, peripecias...
 
El 14 de mayo de 1952 contrajo matrimonio con Mercedes Gómez Verduzco, con quien tiene a su única hija, nacida en Indiana, la licenciada en Turismo Teresa Peña Gómez, encargada de la biblioteca “Salvador Sotelo” de este lugar.

La refinería de petróleo donde trabajaba empezó a rebajar trabajadores, y en 1958 “nos venimos con mi esposa y mi hija a Ario, donde puse una tiendita”.

Para distraerse un poco de la tienda, “pues a mi esposa sí le gustaba, y tenía experiencia porque su papá tenía la tienda más grande del pueblo en ese entonces, pero a mí la mera verdad no me gustaba”, formó un club deportivo. “Cuando estuve en Estados Unidos pertenecí a un grupo de apoyo de matrimonios que se llamaba Santo Nombre, yo vine aquí, me mandaron uniformes de basquet, balones, guantes de box, juegos de mesa; luego la iglesia me mandó 100 dólares con los que mandé hacer una mesa de ping pong.

Me prestaron un lugar junto a la tenencia, hice un club y pues yo con los beisbolistas hice el equipo de ‘Los Cardenales’ representados por mí y ‘Santa Mónica’, manejado por Rodolfo Bueno. Naturalmente que yo lo hice más bien por servicio, porque jugué poco y pegaba bien, pero necesitaba pegar un jonrón para poder llegar a segunda base, por mi pie renco”, y suelta tremenda risotada.

Al ver que el negocio de la tienda iba para abajo, decidió irse a Guadalajara, a probar suerte allá, pero la situación fue tan difícil que aprovechando la fama y la moda de San Martín de Porres, lo pintó “y lo tostonée para el pipiringuis” (comer) porque no hallaba trabajo.

“Pero afortunadamente vi un anuncio donde solicitaban una persona bilingüe y fui al domicilio. Cuando lo vi ya me andaba rajando porque vi unos cilindros, máquinas de soldadura, mucha herramienta, era una empresa de soldadura. Yo gozaba de correr a los vendedores y ¿cómo iba a andar vendiendo ahora? La empresa se llamaba Electrodos Monterrey, una compañía internacional que tenía su matriz en Chicago. Hablé con el gerente y como él no hablaba casi nada de español pues le hablé todo en inglés y nos entendimos muy bien y empecé mi carrera de vendedor”.

Después puso su propia empresa en la que su hija le ayudaba, para distraerse de las secuelas de la guerra, que todavía tiene, aprovechaba los fines de semana para venir a Ario.

Su colaboración con la Iglesia

En los años 70, la parroquia de Santa Mónica, en Ario, estaba en reconstrucción y el encargado era el P. Mario Amezcua, con quien hizo muy buena amistad.

“Supo que yo había estudiado arte y me pidió le ayudara con los dibujos para los dos murales que él diseñó. Me dijo: quiero unos campesinos y la imagen de Santa Mónica. También me pidió que lo ayudara a buscar chatarra para las puertas del templo y como yo tenía una clienta en Guadalajara que vendían todo eso, lo acompañé a buscar los materiales: latón, hojas de cobre martillado, engranes y todo eso que se ocupó para elaborar las dos puertas: en una se representó a Jerusalén y en otra una como nave, imágenes tomadas de la Biblia”, puertas que fabricaron los señores Jesús Ríos y Enrique Cervantes, de El Llano.

En 1981 regresó definitivamente a Ario, con su familia. Vive con su esposa Mercedes, su hija Tere y sus nietas Marcela, Celeste y Teresa Gutiérrez Peña.

Uno de sus pasatiempos favoritos es ver el beisbol por televisión.

Con enfermedades pero también con entusiasmo, musicaliza varios de los coros en las misas en esta parroquia, principalmente con el coro “Santa Mónica” que está por cumplir 25 años.
Gracias a que conoció a un gringo que trabajaba en una empacadora de aquí, de Zamora, quien era también exprisionero de guerra, pudo pertenecer a la organización de los veteranos de guerra y fue cuando pasó a ser miembro vitalicio de los exprisioneros para obtener una ayuda económica


(En la segunda fotografía: don Alfredo con beisbolistas de Ario).

Poesía de Luis G. Franco - Quiero


QUIERO

Quiero decirlo y no lo digo
quiero llorar y no puedo
quiero caminar y no ando
quiero la luz, estoy ciego
quiero la rosa
sólo tengo
el cardo
quiero saber
y no entiendo
quiero
y sólo pienso
quiero ser noche
y amanezco
quiero el agua
me sale al paso
el desierto
quiero la realidad
no el sueño
quiero tu mano
no el pañuelo
yo quiero plenitudes
no verbos
quiero
la luz
el fuego
quiero ser sólo
lumbre y deseo
quiero querer
y no sé
lo que quiero.

Octubre 22-1975.

Plaza principal y parroquia de la Asunción en Tangancícuaro, Michoacán


En la Página de Facebook Yo Amo Tangancícaro se esta realizando un notable esfuerzo por difundir el patrimonio histórico y cultural de esta entrañable población michoacana. Allí encontramos esta fotografía antigua que muestra la plaza principal, con su característico kiosco,  cuya historia ha sido documentada por el cronista Guillermo Fernández en un libro, y el templo parroquial, dedicado a la Virgen de la Asunción.

jueves, 24 de marzo de 2011

Imágenes de Tangancícuaro - Guillermo Fernández Ruiz, cronista de la ciudad.

Fundación

En el lugar mismo donde ahora se le llama Las Capillas ya existía una población p’ohorepecha, antes de la llegada de los españoles, que fue congregada y cristianizada por los primeros padres franciscanos, pero se considera que quienes fundaron al pueblo como tal, «sin cédula de erección», alrededor del año 1531, Y realizaron el trazo de sus primeras calles, fueron los frailes agustinos.

Esta primera población se componía de unas pocas calles que reconocían como límites naturales cuatro acequias o ríos: por el sur, el que corría por lo que ahora es la calle Vicente Guerrero; por el norte, el río de El Santuario; por el oriente, el río de La Malora, y por el poniente la acequia que aún corre por El Camino Real. El lugar donde ahora se encuentra la Capilla de El Carmen fue durante muchísimos años la iglesia principal del lugar y esa misma cuadra fue el priorato de los frailes agustinos.

El aspecto urbano de Tangancícuaro durante aquella primera época era el de un población: alrededor de la plaza principal y en la calle principal se ubicaban los caserones de adobe que seguían la concepción de las casas de campo donde los espacios relevantes eran los destinados para guardar a los animales y los utensilios de labranza, con grandes cocinas, huerto para el abastecimiento familiar y en el resto de las habitaciones una idea muy lejana de lo que hoy puede considerarse confort.

Colonia, Independencia y Reforma

Durante la segunda mitad del siglo XVIII, el pueblo vivió su mejor época dentro del período histórico que llamamos Colonia. Un criollo emprendedor llamado don Victorino Jasso organizó un sistema de comercialización y transporte a base de recuas que permitió a los tangancicuarenses alcanzar cierto grado de prosperidad y le dio cierto renombre al pueblo. La casa de don Victorino estaba ubicada en lo que hoy es el portal norte y comprendía los terrenos donde ahora se encuentra la iglesia y hasta la calle que limita con la calle Doctor Octaviano L. Navarro.

Con el inicio de la Guerra de Independencia se comenzó a alterar la paz social que había prevalecido en la población durante doscientos cincuenta años. Al conocerse la noticia de la llegada de don Miguel Hidalgo a la cercana Villa de Zamora, un grupo de naturales y mestizos del lugar fue a incorporarse a las filas de la libertad, y en su primera batalla en «Tunas Agrias», sufrieron su primera derrota y volvieron a la obediencia virreinal, y el pueblo pagó cara su osadía: según Martín Sámano Magaña, «... El día 30 de octubre de 1816, la partida insurgente comandada por el «Amo» Torres se apodera de la plaza y dicta la sentencia aterradora de que la población sería incendiada, como castigo a la infidencia de sus habitantes a la causa de la libertad...

Las imploraciones de perdón que de rodillas hiciera el bachiller don José Rafael Sarabia, no fueron escuchadas por el inconmovible guerrillero y la sentencia tuvo que ser ejecutada. Únicamente quedaron en pie, salvadas del incendio, la pequeña parroquia, el hospital y la casa tres veces centenaria que había sido convento de los frailes Agustinos...» Tangancícuaro tuvo que levantarse de entre sus propias ruinas. Durante la reconstrucción ya no se respetó la traza original de las calles y, por ganar un par de varas, algunas calles se vieron reducidas a callejuelas.

Durante el siglo XIX el pueblo se recuperó poco a poco. En 1831 Tangancícuaro fue elevado a la categoría de Cabecera de Municipalidad, mientras que el Obispo de Michoacán, don José Clemente de Jesús Munguía en 1854, por su cuenta y riesgo, lo había erigido en curato independiente.

Al ponerse en marcha la desamortización de los bienes eclesiásticos, hubo una recomposición de la propiedad agraria y de la propiedad rural. Las mejores tierras de labor se quedaron en manos de los más pudientes y a los humildes les tocó la periferia del pueblo y tan solo pequeños lotes que poco a poco fueron perdiendo por deudas o por presiones económicas.


Porfiriato
Durante el porfiriato hubo un auge constructivo en Tangancícuaro. En toda la región del valle de Zamora se desarrolló una estructura agrícola-comercial que naturalmente tuvo repercusiones visibles en cierta prosperidad de los habitantes y en la transformación del perfil urbano. Los cambios originaron nuevas necesidades y la adecuación de nuevos espacios para satisfacerlas: mercado, panteón, plaza, rastro.

Tangancícuaro recibe el siglo XX vistiendo sus mejores galas. En la primera década estrena empedrado de calles; se termina la construcción y se redecora la iglesia nueva; se erigen sus torres San Franciscanas, una en 1902 y la otra en 1904; se remodela la plaza y se le adorna con kiosco y alumbrado, en 1906; se construyeron presas, puentes, plaza de gallos; se inauguran los servicios de telégrafo, teléfono y alumbrado público.

La arquitectura doméstica no resultó mayormente contrariada. La tipología de la casa rica no varió: alrededor del primer patio interior estaban las habitaciones principales, y alrededor del segundo patio, que hacía las veces de huerta y corral, se encontraban las áreas de servicio, de bodegas, de establos, gallineros, corrales y chiqueros. Los edificios, todos, se cubrían con techos a dos aguas cubiertos de tejas y se prolongaban en aleros o pestañas que protegían la banqueta de la resolana y la lluvia.

Las casas dedicadas al comercio fueron preferentemente ubicadas en las esquinas, y en ellas se colocó el local de atención al público, con varias puertas de acceso desde la calle por ambas esquinas, y una pequeña puerta que daba hacia el interior y comunicaba las bodegas y almacenes. En el centro de la población se encuentran hasta ahora las construcciones religiosas, del gobierno civil y las viviendas de los cremosos, que debían estar junto a éstas.
    
Revolución

El movimiento revolucionario llegó a Tangancícuaro en el año 1911. La villa se fue despoblando: presas del temor por la guerra, primero, las asonadas y la epidemia de la influenza española, después, las familias que pudieron hacerla se mudaron a las grandes ciudades mientras que otros buscando refugio seguro se marcharon al famoso «Norte».

En el aspecto urbano la revolución no podía alterar el orden establecido ya que, al menos en Tangancícuaro, los revolucionarios pertenecían a la clase acomodada. De 1911 a 1917 las únicas propiedades que cambiaron de mano lo fueron por temor a los bandoleros que merodeaban por la región y nunca faltó algún vivillo que observó dónde los ricos escondieron su dinero y faltando al séptimo mandamiento ingresó en la elite de los poderosos y adquirió casas y terrenos.

La modernidad posrevolucionaria

El crecimiento de la población y la demanda de nuevas necesidades trajeron consigo problemas que el pueblo no estaba preparado para resolver. La falta de viviendas, tanto para la clase trabajadora como para la clase en ascenso, favoreció el inicio del primer fraccionamiento. A los recién dotados ejidatarios, a sus hijos mayores y a sus familias, se les repartieron solares para la construcción de casas en «colonias ejidales». Así nació el famoso barrio de Las Colonias.

Los arrendatarios prósperos, los migrantes nóveles, los comerciantes afortunados y la burocracia revolucionaria en ascenso se ubicaron dentro del perímetro urbano hacia los barrios de Cupátziro y de El Gallo. Algunos ex-arrendatarios que no habían recibido tierra ejidal obtuvieron de los caciques pequeñas porciones de terrenos marginales para hacer sus viviendas. Así surgieron los barrios de El Cerrito, el de La Carretera y el de La Carreterita. El Chayote y La Caña fueron asentamientos casi exclusivamente para labradores y albañiles.

Con la construcción, en 1937, de la Carretera Nacional, los vehículos automotores comenzaron a ser más numerosos en Tangancícuaro. Junto con la modernización, la vivienda y el paisaje urbanos comenzaron a resentir cambios drásticos: se logró la instalación de un sistema de distribución de agua potable del Ojo de Agua a Cupátziro, con una bomba eléctrica, la red de tubería y la instalación de tomas intradomiciliarias; se instaló una red de tubería para drenaje que, poco a poco, fue acabando con la limpidez de las aguas de los ríos y las acequias; el fresco empedrado de las calles, donde crecía maleza, fue substituido por el concreto... Los cambios registrados en la estructura visual urbana de Tangancícuaro, en las últimas décadas, se dice que son propios de las necesidades del crecimiento.
    
Actualidad

De los años sesentas hasta la fecha, Tangancícuaro ha mantenido un ritmo de crecimiento que, si no es espectacular, ha sido constante y sostenido. Las actividades agrícolas siguen siendo un renglón importante de la economía del municipio, por el uso de maquinaria agrícola, la construcción de la Presa del Casangue y la perforación de pozos artesianos para riego, además de que, a los cultivos tradicionales de maíz, trigo, garbanzo y hortalizas, se sumaron nuevos cultivos altamente redituables como el jitomate, la cebolla, la papa, la fresa (sobre todo) y, en los últimos años, el brócoli.

Con el progreso económico y el arribo de los ingenieros civiles y los arquitectos, el paisaje urbano de Tangancícuaro alcanzó nuevas y diversas formas con las casas tipo taco bell, colonial-californiano o estilo Maeva-Las Hadas, mejores en confort y servicios, pero muy distantes de la imagen de las casas tradicionales.

Ni siquiera los templos se han escapado del afán renovador: se reconstruyeron la capilla de El Carmen y la iglesia de La Divina Providencia; se está reconstruyendo el Santuario del Señor de la Salud y, por su derrumbe en los sismos de septiembre de 1985, las torres de la parroquia también fueron remodeladas.

Se remodelaron, además, la Plaza de la Constitución; el Mercado Municipal “Agustín Silva”; la antigua escuela “Esteban García”, que pasó a ser la Casa de la Cultura y el Deporte; los campos deportivos “Gustavo Vera”, “Lázaro Cárdenas”, “Ejidal” e “Imperio”, y la mayoría de las calles de la población.
Recientemente se terminó de construir la “Plazoleta Los Agustinos” y están por concluir las obras de una unidad deportiva y la remodelación del Centro de Salud.

Aunque con cierta benéfica lentitud, el progreso en Tangancícuaro está en marcha.

(Texto condensado de la ponencia Tangancícuaro: una aproximación a su realidad urbana, publicado originalmente en la revista Entorno, de Ingenieros y Arquitectos de Zamora, A.C. Las fotografías son de Alberto Vázquez Cholico, oriundo también de Tangancícuaro).

Chongos zamoranos, el dulce típico de Zamora con fama internacional - Fotografía de Jorge Humberto Mena


Quienes han probado los deliciosos chongos zamoranos no podrán evitar que se les haga agua la boca con esta excelente fotografía de Jorge Humberto. La forma caprichoza del chongo servido en el recipiente, que inspiró seguramente su nombre; el almíbar hecho a base de azúcar, piloncillo y canela, y la ambientación de la imagen..., todo listo para degustarse como el gran postre de la gastronomía zamorana.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Altar del Santuario Guadalupano en Zamora - Fotografía de Jorge Hernández Álvarez


El ambiente general del altar del Santuario Guadalupano, con la imagen de la Virgen de Guadalupe al centro y el gran crucifijo presidiendo, en primer plano, y todo matizado por los grandes vitrales, fue captado en todo su esplendor en esta postal de Jorge.

martes, 22 de marzo de 2011

Curutarán y Presa Verduzco o de La Luz en Jacona - Fotografía de Juan Carlos Zamudio


Del magnífico archivo de Impresiones Láser del Valle de Zamora, que ha sido enriquecido por las valiosas aportaciones fotográficas de Juan Carlos, este paisaje excepcional del Curutarán, cerro emblemático de Jacona, y la Presa Verduzco o de La Luz, lugar en que las autoridades municipales de la antes Villa de las Flores han acondicionado un centro de recreación turística muy agradable.

La fotografía forma parte del acervo de imágenes de Impresiones Láser del Valle de Zamora, empresa con una gran trayectoria produciendo material de promoción turísitca para todo el estado de Michoacán.

Paletas de Tocumbo, Michoacán, y paleterías La Michoacana - Región Zamora - Logros y retos III


Las paleterías
La Michoacana:
origen y retos actuales.


Por el Dr. Martín González de la Vara.
Investigador Asociado del
Centro de Estudios Históricos
de El Colegio de Michoacán.

Logros y Retos (Tercera parte)

En las últimas décadas, algunos tocumbenses han logrado un gran salto cualitativo en la paletería al iniciar negocios relacionados con su actividad como la fabricación de refrigeradores, moldes y otras herramientas del oficio; han incursionado en la mercadotecnia y publicidad, desarrollando ciertas marcas comerciales y logotipos que utilizan dentro de las tradiciones de la red.

Algunos han creado empresas fabricantes de insumos como bases para helado o conos, y otros más han llegado a invertir en la agricultura para obtener productos de calidad usados para la elaboración de bases lácteas. En fin, los tocumbenses también han crecido hasta dominar casi todos los aspectos de la paletería y la heladería.


Sin embargo, en tiempos recientes los paleteros han tenido que replantear sus estrategias de crecimiento; en estros momentos su mercado esta muy cerca de saturarse y ya no es fácil que los empleados que se están integrando a la red puedan comprar su propia paletería.

La repentina muerte de Luis Alcázar motivó que los paleteros michoacanos se quedaran sin un líder claro que los encabezara, por lo que la red corre el peligro de desgajarse en varios grupos. Además, en estos momentos el grupo ha tenido que lidiar contra el fenómeno de la piratería.

Al tener La Michoacana una imagen comercial bien definida y productos reconocidos por el público, varios empresarios de México y Estados Unidos han establecido empresas con los nombres tradicionales de las paleterías de michoacanos y, debido a la informalidad con que la red ha manejado los asuntos de marcas y registros comerciales, no les ha sido posible enfrentar a los falsificadores de manera frontal.

A pesar de estos problemas que se ciernen sobre el horizonte de los paleteros, existe una desbordante confianza entre los tocumbenses que podrán resolverlos y continuar con su historia de éxito por varias generaciones más.

No es en vano que durante más de 60 años hayan podido sobrevivir a las más duras condiciones y retos económicos; tienen las herramientas y flexibilidad necesarias para manejar su propio futuro y no se asustan ante las dificultades. Lo que sí es seguro es que nosotros, los mexicanos de principios del siglo XXI, podremos seguir disfrutando de las paletas de La Michoacana por mucho tiempo más.

(En la fotografía: sucursal de la paletería La Michoacana en Cadereyta, en el estado de Querétaro).

Texto publicado en El Universal:
http://blogs.eluniversal.com.mx/wweblogs_detalle.php?p_fecha=2010-12-28&p_id_blog=139&p_id_tema=12967

lunes, 21 de marzo de 2011

Felipe Velarde del Río, La Revista



A través de los años y con una constancia a toda prueba, Felipe se ha convertido en el cronista más reconocido de la vida social en Zamora. Su presencia en bodas, bautismos, primeras comuniones, XV años, aniversarios de boda y de cualquier otro motivo, y demás acontecimientos, se ha hecho imprescindible.

Sus crónicas en algunos periódicos zamoranos y su participación en el programa de Televisión del Valle de Zamora, "Alta Voz", así como su especio en Facebook, con más de 5 mil amigos, lo hace la referencia obligada para enterarse del acontecer más actualizado en la vida social zamorana.

Recientemente acaba de publicar el primer ejemplar de su revista, que presentamos junto a una fotografía de Felipe con la ciudad de Zamora en una excelente vista panorámica desde el Santuario Guadalupano. Mucho éxito, Felipe, sabemos que nadie mejor que tú para sacar ese proyecto adelante. Felicidades.

Bajo la luz de la luna llena y a la orilla de la Presa Verduzco o de La Luz, en Jacona - Fotografías de Víctor Javier López Mendieta



Estas son las dos primeras fotografías que Víctor Javier ha subido a su Página de FacebookVíctor Mendieta obtenidas en la sesión que él mismo, Sergio Alfaro, Caramelo Macab y otros fotógrafos amigos realizaron en la orilla de la Presa Verduzco o de La Luz, en Jacona, para continuar su búsqueda de imágenes que expresen sus inquietudes creativas. La primera fotografía se titula "Elisa bajo la luz de la luna"; la segunda, "Karee, bajo la luz de la luna".

Santuario Guadalupano de Zamora en construcción, desde la calle Cázarez


El proceso de construcción del nuevo Santuario Guadalupano fue captado paso a paso, en cada una de sus etapas, desde que se hizo más notorio el avance de la obra, por una gran cantidad de fotógrafos. Esta postal, que circula en el internet, es una de las más elocuentes respecto a la edificiación de sus grandes torres, consideradas las más altas de todo el país y probablemente de Latinoamérica.

La ciudad de Zamora de Hidalgo, Michoacán

Aunque hay zamoranos que no quieren aceptarlo, Jacona es un asentamiento humano más antiguo que Zamora. De hecho la famosa «fundación» de Zamora no fue sino un desprendimiento de Jacona en el año 1574 a decir de los historiadores Eric Mollard y Cayetano Reyes García. Desde un principio Zamora fue una población en que las actividades agrícolas y comerciales fundamentaron la economía y por tanto el desarrollo de la ciudad. “Su calidad de villa durante la época colonial terminó en 1810, cuando Miguel Hidalgo y Costilla la proclamó ciudad, título confirmado por el gobernador y ratificado por el Congreso del Estado en 1827”.

Zamora recibió un fuerte impulso al ser establecida como cabecera municipal y distrital. En 1864 recibió el título de ciudad diocesana. La Iglesia Católica alentó la construcción de templos y fue cabecera de una “red de seminarios” en momentos en los que el clero tenía una influencia económica y política tal, que Zamora quiso crear su propio Estado.

“En 1910, la revolución mexicana truncó el desarrollo de la ciudad levítica» (el símbolo de este truncamiento fue, por años, la catedral inconclusa). En la década de los años 20 “la ciudad se mantuvo a la deriva” y no fue sino hasta 1934 que Zamora “entró a la nueva etapa”, aunque “continuó siendo una ciudad agrícola, con incipiente desarrollo artesanal y nulo crecimiento industrial. En 1960, en plena era atómica, la ciudad comenzó a crecer, los impulsores del incremento fueron la producción y el mercado agropecuario”.

En el año de 1940 los encargados de la junta de agua potable crearon la infraestructura necesaria para abastecer a una población de 20 mil habitantes en una mancha urbana en la que “predominaban las casas de un piso y techo de tejas, concentradas en diez calles verticales y nueve horizontales. A partir de 1960, el crecimiento fue horizontal hacia el sureste con el fraccionamiento Jardinadas y hacia el norte con Jardines de Jericó. En 1970, el crecimiento horizontal y chaparro fue incrementado con Las Fuentes, la Nueva Luneta, Arboledas y El Valle. En 1980, la ciudad continuó expandiéndose hacia el norte hasta llegar al cerrito de Ortiz y al sur hasta llegar al río Nuevo, nuevo cauce del Duero”. Este crecimiento de la ciudad ha significado una invasión de cuando menos 5 mil hectáreas de tierras agrícolas susceptibles de riego.

El crecimiento de Zamora, entonces, se ha fundamentado en su importancia agrícola y comercial (que apenas ha comenzado a compartir la crisis económica nacional); en su importancia política (cabecera municipal y distrital); en su ubicación geográfica (entre las dos ciudades más importantes de la República, México y Guadalajara, en la frontera misma con el rico bajío, en la región occidental del país -abierto a Jalisco, Guanajuato, Querétaro, etc.-; en su ubicación ecológica (un rico valle que se ha prestado muy bien para el cultivo de productos agrícolas de alto rendimiento y en un clima sumamente benigno); y en su importancia cultural (es un centro religioso y educativo de gran influencia a nivel nacional).

 Todos estos elementos, dispuestos para el desarrollo social, parecerían suficientes para asegurar que la ciudad, hogar común de esa sociedad, sería un ejemplo de urbanización a nivel mundial, pero en el caso de Zamora no es así. Ni la riqueza económica, ni la importancia política, ni la relevancia cultural parecen haberse cristalizado en nuestra Ciudad, y parecen más ausentes aún de nuestro futuro urbano, hasta donde es predecible:

La invasión urbana de tierras agrícolas y la amenaza que cotidianamente se abalanza sobre las que restan en el valle parece incrementarse ahora que nuestra agricultura está en crisis económica.

El terreno político se presenta como una arena en que están en juego los intereses particulares de unos cuantos ciudadanos contra el bien común de la mayoría: especulación urbana, bodeguismo, invasión indiscriminada de la vía pública, tianguismo, un comercio depredador del patrimonio arquitectónico que ha logrado sobrevivir y un largo etcétera de problemas urbanísticos que deterioran notablemente el nivel de vida que los zamoranos podemos realizar en nuestra ciudad.

Si en el ámbito cultural ésta ha sido “cuna de hombres ilustres” no se ve aún cómo los nuevos hombres ilustrados: profesionistas preparados en las universidades para realizar su trabajo con calidad, puedan ser siquiera escuchados, ya no se diga tomados en cuenta o completamente partícipes de la vida en su ciudad. Tal es el caso de ingenieros civiles y arquitectos que no podemos participar de manera contundente en materia de urbanismo

Y sin embargo, nuestra ciudad sigue su curso. Con nuevos desarrollos comerciales, con fraccionamientos que amplían las posibilidades de resolver sus ancestrales problemas de vivienda, en medio de una crisis económica a la que no se le ve salida fácil, con la posibilidad de obtener un importante impulso federal como una de las 100 ciudades medias más importantes de la República y con un grupo de profesionistas de la industria de la construcción: Ingenieros y Arquitectos de Zamora, dispuestos a seguir participando, muy de cerca, en todo cuanto tenga qué ver con el desarrollo urbano armónico de nuestra ciudad.

(Este texto fue publicado originalmente en la revista Entorno, de Ingenieros y Arquitectos de Zamora, A.C.  Las extraordinarias fotografías que ilustran los reportajes gráficos de Entorno son de Alberto Vázquez Cholico).

domingo, 20 de marzo de 2011

Teatro Obrero de Zamora - Zamora Ciudad Luz - Fotografía de Juan Carlos Zamudio



Con su fachada iluminada, el Teatro Obrero de Zamora luce espléndido en este par de postales que nos regala Juan Carlos. La primera, con vista al sur; la segunda, con vista al norte; ambas, en la calle 5 de Mayo sur de Zamora.

Las fotografías forman parte del acervo de imágenes de Impresiones Láser del Valle de Zamora, empresa con una gran trayectoria produciendo material de promoción turísitca para todo el estado de Michoacán.