martes, 1 de enero de 2013

La Catedral Nueva del obispo José María Cázares y Martínez, hoy Santuario Guadalupano de Zamora en Michoacán


La Catedral Nueva ya mostraba sobre su fachada antigua,
a finales de 1990, el primer signo de su continuación.

Proyecto original firmado
por José Hernández Segura

Seguramente es una de las construcciones góticas más jóvenes en el mundo (pensemos en la antigüedad de las grandes catedrales góticas en Europa). La nuestra, en Zamora, comenzó a construirse el día 2 de febrero del año 1898, cuando en el resto del mundo a nadie se le ocurría ya construir en estilo gótico.

Al obispo de Zamora en aquel tiempo, Don José María Cázares y Martínez (1878-1909), sí se le ocurrió y en grande. De hecho a él se deben otras valiosas obras en nuestra región. Su actividad lo llevó lo mismo a fundar una congregación religiosa que a diseñar y construir la mayor parte de la infraestructura de riego agrícola que aún funciona en Zamora.

Estatua de don José María Cázares y Martínez, segundo
obispo de la diócesis de Zamora e iniciador de la Catedral Nueva,
en el atrio del ahora Santuario de Guadalupe.
(Foto de Rubén Guillén Soto)

El obispo José María Cázares se distinguió como teólogo, filósofo y jurista. Concluyó la actual catedral de Zamora, en la plaza principal; construyó el antiguo Seminario de Zamora y fundó la Escuela de Artes y Oficios, una casa de ejercicios espirituales y un asilo de ancianos, entre otras muchas obras.


En ese entonces el obispo Cázares era cabeza de una vida religiosa que veía en el futuro de Zamora lo que la investigadora de El Colegio de Michoacán, Nelly Sigaut ha llamado «La Ciudad Episcopal». 

De hecho, según una hipótesis de la misma investigadora, la gran catedral sería el centro de la ciudad. El lugar en que se construyó el edificio revela también otra intención del obispo: estaba convencido de que el crecimiento de Zamora debía hacerse hacia el oriente, trepando hacia Chaparaco hasta la Beatilla, ¡así se salvarían las tierras cultivables del valle!

Ubicada hacia el oriente de la antigua ciudad,
detrás de los tejados de las casonas porfirianas,
destaca la vieja Catedral Nueva de Zamora.

Como ocurrió con gran parte de las ambiciosas construcciones góticas en Europa, la nuestra ha tenido una historia en que la obra se ha visto interrumpida por diversas circunstancias y también podemos hablar, ahora, de un esfuerzo por continuar y terminar la obra con los mismos propósitos con que se inició.

La Catedral Nueva comenzó a conocerse como
"La Inconclusa"  a partir de un anuncio de promoción turística 
que en televisión nacional le dio ese nombre.

La expropiación del inmueble, decretada por el presidente Lázaro Cárdenas, abrió un largo paréntesis en la historia de la construcción de la «Catedral Nueva».


La obra se suspendió en 1914, y a partir de entonces fue cuartel, caballeriza, campo de tiro, paredón de fusilamiento, canchas deportivas, centro de información turística, garaje y bodega.

Cancha de béisbol, entre otros muchos usos.

El deterioro del edificio llegó al extremo del peligro de derrumbe, lo cual motivó a la creación de diversos proyectos para rehabilitarlo con alguna función que permitiera rescatarlo de la ruina.

Don José Esaúl Robles Jiménez, obispo de Zamora quien
recuperó el inmueble para proseguir su construcción,
supervisando la etapa de restauración del edificio.
Estatua del obispo José Esaúl Robles Jiménez
en el atrio del Santuario Guadalupano.
(Fotografía de Fernando GarcíaL)

Girola en la parte posterior de la catedral.

Zamora celebró con postales la decisión de consagrar el antiguo templo
al culto guadalupano una vez reiniciada su construcción.

NOTA DEL EDITOR: el texto original se publicó en la revista Entorno de Ingenieros y Arquitectos de Zamora en su 3a edición, noviembre de 1990, y se ha ilustrado con el material disponible en este blog.

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