jueves, 17 de enero de 2013

Apuntes para la Historia de la Villa de Tangancícuaro XXIII - Martín Sámano Magaña



Postrimerías del siglo XIX

Las tres últimas décadas del siglo XIX transcurrieron en ambiente de paz social, imperando en ellas un espíritu de fraternidad entre todos los vecinos de la población, que contaba entonces con número aproximado a los 3,000 habitantes, sin que tuviera lugar ningún acontecimiento digno de ser mencionado.

Como consecuencia de la ampliación de las tierras de cultivo y el ánimo de laboriosidad de sus vecinos, fue notorio el aumento de la población con familias procedentes de otras regiones, contándose entre ellas la familia de don Esteban García originario de Arandas, Jalisco; la familia de don José Dolores Maciel: de don Luis Govea: varias familias de apellido Tapia,
entre las que figuraba la familia de don Juan.

Por este mismo tiempo llegó al lugar don Rodrigo Galván, originario
de un pueblo del estado de Guanajuato, quien contrajo matrimonio
con la señora doña Leonor Sevilla, padres del señor presbítero don
Procopio Galván, uno de los párrocos más queridos de la población,
a cuya iniciativa y dirección se edificaron las dos torres y la fachada
del templo parroquial del lugar, con dinero aportado por doña Rita
Tapia, viuda de don Ignacio Robles.

En el año de 1862, llegó a Tangancícuaro el señor cura Peña, quien
fue el primer párroco propietario de la parroquia del lugar, entre los
familiares de este sacerdote, vino acompañándolo su hermana María
Trinidad, quien contrajo matrimonio con don Miguel de Sevilla y a
Quien, como era costumbre entonces, se le dio el apellido del
esposo. De este matrimonio hubo dos hijos varones: Francisco y
Valdomero, ambos dedicados a actividades industriales: el primero
estableció la primera fábrica de pastas alimenticias, y el segundo se
dedicó al curtimiento de pieles.

También se asentaron: la familia de don Rafael Magaña Bravo,
originario de Tlazazalca: las de los señores Pedro y Ramón Marín,
procedentes de la hacienda de San Simón, municipio de Zamora; la
de don Catarino Chávez; la familia Alfare, que fue dueña del
terreno de Cupátziro, desde el Portón hasta el Camino Real que
limitaba por el sur a la población.


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