sábado, 20 de octubre de 2012

Apuntes para la Historia de la Villa de Tangancícuaro XXII - Martín Sámano Magaña


Don Antonio Gómar 

Por tratarse de uno de los personajes que contribuyó al progreso de la comunidad, nos ocuparemos en este capítulo de don Antonio Gómar, originario y vecino de Purépero, Michoacán, quien llegó a lugar a principios del año de 1864.

Como se deja dicho, adquirió en compra a la sucesión de don Ignacio Jiménez, una fracción de terreno dentro del cual se encuentra el lago de Camécuaro, la que estaba ubicada dentro de los siguientes límites: por el norte, con el do Duero; al oriente, con terrenos de Canindo, camino nacional de por medio, desde un punto al oriente denominado el baluarte; prolongándose hasta el rincón del zopilote frente a las ruinas de lo que fue San José del Jaral y teniendo como límite el cauce del río del Santuario,
hasta su desembocadura con el Duero.

Por el poniente, tenía como límite el río que nace en el lago de
Camécuaro incluyendo el cerrito, la corriente fluvial llamada
Cupachirito, desde su confluencia con el
Duero hasta lo que fue después el rancho de don
Pedro Vera; por el sur, limitada con las goteras de la población.
teniendo como límite el río Cupátziro, desde el baluarte y
prolongándose en la misma dirección, hasta llegar a la línea que le
servía de límite por el poniente.

Esta fracción de tierra era casi en su totalidad una ciénega, aunque
no muy profunda, totalmente improductiva. Al tomar posesión del
predio descrito, don Antonio empezó a abrir un profundo vallado
que desembocaba en el cauce del Duero, que fue el inicio de la
desecación del pantano, pasando de este modo a ser una
considerable extensión de tierra fértil.

Al siguiente año de realizados los trabajos descritos y después de
hacer más profundo el cauce del río del Santuario, desde el lugar
llamado la tenería hasta su desembocadura en el Duero, construyó
un nuevo molino de harina de mayor capacidad y calidad de
producción.

Quedó viudo a la edad de 86 años, al morir su esposa Loreto; un
año después contrajo matrimonio con una jovencita de 17 años, hija
de uno de sus sirvientes, y falleció el 5 de mayo de 1907 dejando
como herederos de la hacienda a sus sobrinos Ezequiel. Francisco y
a dos hermanas, cuyos nombres lamento no tener en mi memoria;
el resto de la propiedad pasó a manos de la joven viuda.


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