sábado, 17 de marzo de 2012

Tingüindín: templo parroquial, capillas y hospitales I - Texto de don Ramón Pulido Pardo - Fotografías de Luis Francisco Duarte Medina



En los Cuadernos y Papeles de la Nueva España que fueron redactados en los años de 1579 y 1580, encontramos los primeros datos que nos hablan con exactitud, de a quién debe Tingüindín la construcción de su primer templo y hos­pital, y que sin precisar fechas, se asegura que existían ya para esos años.

Dicen así:

"26.-"El fundador desta Iglesia fue un fraile de la orden del Señor San Francisco que se dezia fray Miguel (Fray Juan de San Miguel) los cuales en aquel tiempo tenían a su cargo a los naturales, y los dejaron y pusieron clerigo".

"37".-"En este dicho pueblo (Tingüindín) hay un espital (hos­pital) en que se curan los enfermos, el qual fundo el dicho fray Mi­guel (Fray Juan de San Miguel) avra (HARÁ) mas de quarenta años; es pobre no tiene rrentas nyngunas; sustentase de 'limosnas que piden los naturales".

Con esos datos y con lo que ya relatamos anteriormente sobre Fray Juan de San Miguel, en lo referente a que por 1532, vino a Urua­pan, se puede conjeturar, sin mucho riesgo de error, que el templo de Tingüindín, y su primer hospital, porque tuvo dos, se fincaron de 1533 a 1539, ya que algunos años después, esta población fue "doctrina" de Tarecuato, por muchos años, es decir hasta que hubo en su curato un sacerdote del clero secular, y se confirma lo anterior cuando nos di­cen: "fundo el dicho fray Miguel (Fray Juan de San Miguel) avra (HARÁ) más de cuarenta años". De manera que quitando esos cua­renta años, a 1579, sería por el año de 1539.

Después encontramos, en los mismos documentos de "instrucción" sobre Tingüindín:

"37".-"Quel Reverendisimo Señor Obispo Don Basco (Don Vasco) de Quiroga, primer Obispo de Michoacán, mando fundar en este dicho pueblo un espital (hospital) para recoger y curar a los po­bres, y ansi los ay en cada un pueblo desta probincia". Gonzalo Gal­van. -(rúbrica) .-Francisco de Olmos, escribano nombrado (rúbri­ca) ".

Tampoco nos dicen la fecha del hospital ordenado por Don Vas­co, pero desde luego que tuvo que ser algunos años después del que aquí mismo fundó Fray Juan de San Miguel, ya que Don Vasco, co­mo primer Obispo, vino a Michoacán en 1538, y no era posible que pueblos, como Tingüindín, bastante alejados de la capital del reino, Tzintzuntzan, y que fue también el primer asiento de Don Vasco, hu­biera podido tener muy rápidamente las atenciones y la fundación de un hospital de ese primer obispo. Según informamos al hablar muy ampliamente de Don Vasco, murió en Uruapan, en el año de 1565.
Hay que advertir, y por eso seguramente que fueron dos los hos­pitales que hubo en Tingüindín, que los que fundaba Fray Juan de San Miguel, eran lo que propiamente ahora conocemos por hospital: donde se atienden enfermos, y los hospitales de Don Vasco, ya lo di­jimos también muy extensamente, propiamente eran instituciones o co­munidades que servían de alojamiento a muchas familias de cada pue­blo, que vivían y trabajaban en común, y sólo tenían, naturalmente, alguna sala o salas especiales para los propiamente enfermos.

Precisamente los que vivían y manejaban esos establecimientos, de toda la comunidad, que era un honor, se llamaban "hospitaleros", y todavía hace relativamente pocos años, veinticinco, así se hacían lla­mar algunas familias indígenas de aquí, porque se consideraban con el derecho de haber heredado el cargo de sus antepasados.

También se sabe, que anexas a esos dos hospitales, hubo una ca­pilla de indios en cada uno, que se demolieron, cuando también se acabaron los hospitales, y que fue probablemente cuando entraron en vigor las Leyes de Reforma, poco después del año de 1857.

Dos siglos después, había cambiado, seguramente mejorando mu­cho la población de Tingüindín, pues en un documento, también ofi­cial y de la Biblioteca del Museo Nacional, se escribió:

"Idea del Estado en que se hallava el Agregado de Tingüindín en el año de 1789".

"Tiene una Iglesia Parroquial en que se mantiene un Parroco con el Titulo de Juez Eclesiastico y un Vicario, que administra también en el pueblo de Tacascuaro; en el Pueblo de Pamatacuaro una Vica­ria con un sacerdote con el Titulo de Teniente de Cura, que adminis­tra en aquel Pueblo y en los de Cicuicho y Atapan sus Sujetos; en el Valle o Congregación de Cotixa otra Vi caria con un sacerdote con el Titulo también de Teniente de Cura".

De manera que la jurisdicción del Curato de Tingüindín, se ex­tendía entonces, por el oriente hasta Tzicuicho y Pamatácuaro, y por el poniente, nada menos que hasta la hoy ciudad de Cotija.

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