martes, 6 de marzo de 2012

El Reclamo del Toro Solovino - Tradición centenaria de Ario de Rayón, Michoacán - Amparo Solís Barragán


El pasado Miércoles de Ceniza, 22 de febrero, se llevó a cabo en esta comunidad el “Reclamo del Toro”.

La fiesta se desarrolla con la participación de una familia que se hace cargo del “Toro de harina” y de los habitantes del pueblo que gustan y colaboran con alegría del festejo. Este año, está a cargo la familia Aceves Solís.

Encargados del Toro.

Regularmente el toro es llevado a la Jefatura de Tenencia, de donde sale al son de las notas musicales de una banda de viento y es paseado por la plaza principal para luego dirigirse al domicilio de la persona que se encarga de su cuidado.

Para saber más de esta tradición, acudí al señor Patricio Ramos Quiroz, quien fungió como juez de la ceremonia del reclamo por varios años.

Don Ticho Ramos

Él nos cuenta lo siguiente:

“Cuando el Reclamo, se pone una mesa afuera de la casa de quien tiene el toro y las muchachas andan arrimando a los hombres o mujeres para multarlos con una pequeña cuota para ayuda del pago de la música. Ya ahorita no lo reclaman ni nada, sólo lo llevan a la Tenencia”.

Recuerda que desde que era chico se hacía esta fiesta y menciona a algunas personas que fueron impulsoras de la tradición.

Nos dijo, además, que el toro siempre pasaba por casa de don Pancho del Río y luego con Virgen del Río. Al llegar a allí les regalaban agua fresca, pan y bolis.

Comenta que a él le gusta mucho esta tradición y en sus buenos tiempos compraba un bulto de harina para repartir entre sus hijos, ya que todos participaban de la tradición.

Aconseja a los jóvenes que “echen harina pero no peleen y que cooperen para  la música, ya que hasta los hombres serios bailan en esta fiesta”.

Historia del toro de harina

Desde mediados del año 1800, siendo don Eleuterio Hilario el último apoderado de la tribu indígena fundadora de Ario, se celebra cada Domingo de Resurrección esta festividad.

A finales del siglo pasado participaban en la organización con mucho entusiasmo don Eleuterio Hilario, don Francisco del Río Sánchez, doña Jovita Hilario, doña Carmen Hilario de Ochoa y las últimas sobrevivientes que eran doña María Guadalupe García, viuda de Hilario y María Guadalupe Mendoza de Amezcua, conocida con el sobrenombre de “La Pitaya”.

Antecedentes

Se cuenta que a cierta persona se le perdió un toro, hijo de la vaca “Sicuita”, y el dueño lo buscó sin encontrarlo. Al poco tiempo, el animal bajó solo al monte, de ahí su nombre de “Solovino”, y otra persona lo tomó como propio; pero el dueño lo reconoció y lo reclamó presentando la patente de ganado que lo acreditaba como de su propiedad, y el que se había adueñado del animal fue a  esconderlo al cerro para que no se lo quitaran. El dueño lo buscó, llamándolo con clarines y caracoles; al encontrarlo, de gusto lo pasea con música por todo el pueblo. A toda la gente que lo acompaña le ofrece bastante vino.

Frente a la Jefatura de la Tenencia.

Actualmente, la multitud se enharina la cara y muestra su alegría bailando detrás de la banda de música arrojándose confeti y serpentinas multicolores.

En 1956, siendo jefe de tenencia don José Dolores Cano, a sugerencia del señor Daniel Béjar Pérez se elaboró un documento para darle legalidad al “Reclamo del Toro”.

Cada año se repite la comparsa y generalmente el señor Patricio Ramos Quiroz fungía como juez.

Al toro lo depositan en el corral de una persona previamente seleccionada, como un reconocimiento a su labor en pro del desarrollo de la comunidad.

Esta costumbre se considera sobrepuesta por los conquistadores a alguna actividad de los primeros pobladores.


Anteriormente eran los ganaderos, en su mayoría, las personas encargadas del arreglo del toro y el gasto que incluía la música, el “agua del toro” y el reparto de harina para que todos los pobladores participaran sin ningún costo económico.

Por falta de información se ha dejado de hacer la celebración de la manera acostumbrada, en cuanto al reclamo del toro. Sin embargo, año con año el Miércoles de Ceniza se lleva a cabo “el reclamo” y el Domingo de Pascua la celebración en grande del Toro de Harina.

Jóvenes esperando al Toro.

Desde temprana hora del día se esconde la estructura del toro en el cerro “La Cofradía” y entre dos y tres de la tarde la gente sube a buscarlo junto con la banda de música. El que lo encuentra es el primero en cargarlo y bajarlo bailando para iniciar un recorrido por varias colonias del pueblo por lo menos durante cuatro horas.

El toro


Es de estructura metálica en forma de toro, forrada con cartón y arreglada con flores de papel multicolor, además de la marca de hierro que lo identifica como propiedad de un ganadero. En años recientes ha sido acompañada de una réplica en pequeño para que los niños del pueblo también puedan cargarlo y bailar al son de la música.

En el reparto del tepache.

Esta tradición necesita de su promoción y ahondar en sus orígenes para conservarla y que trascienda a las nuevas generaciones que poco saben pero mucho participan de ella. Es otro de los retos de la Asociación Civil al Rescate del Patrimonio Histórico de Ario de Rayón, Michoacán.

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