Carapan es una población que pertenece a la Cañada de los Once Pueblos, del municipio de Chilchota. De hecho, Carapan es el pueblo más alto de la Cañada (1,950 metros sobre el nivel del mar) y el que la concluye.
Actualmente, Carapan es un crucero de caminos: del que llega de Zamora, cruzando la Cañada, desde Chilchota; el que conduce a Uruapan, pasando por Cherán, y el que conduce hacia Zacapu y luego hacia Pátzcuaro o hacia Morelia. Cerca de Carapan también entronca, con la carretera hacia Zacapu, la carretera que conduce hasta La Piedad.
En Carapan también comienza la cuenca hidrológica del río Duero que atraviesa la Cañada de los Once Pueblos y después de precipitarse en la cascada llamada «El Salto», vierte sus aguas en los valles de Tangancícuaro, Zamora y la Ciénega de Chapala, para ir a desembocar al río Lerma, en el municipio de Vista Hermosa.
Son tres los manantiales que en Carapan dan origen al río Duero: Cuinio, Ostácuaro y Echongaricho. El primero de ellos ha sido acondicionado como centro recreativo, como puede apreciarse en algunas de las fotografías que ilustran este texto.
En la actualidad, en que la civilización moderna ha llegado asociada a la degradación del medio ecológico, el río Duero ha disminuido su caudal y ha contaminado sus aguas. Ello se debe al notable desarrollo demográfico de la población que requiere su uso, a la construcción de los canales de riego y al decaimiento de los manantiales, provocado por la deforestación y el descenso del promedio de lluvias; pero sobre todo porque se han arrojado sobre su cauce los drenajes de las aguas negras y toda clase de desechos provenientes de los pueblos y ciudades establecidos en su cuenca.
El otrora hermoso y cantarino río se ha convertido en un triste y sucio canal de desagüe, que está pidiendo la atención y el cuidado de todos los moradores de la comarca que nos beneficiamos con sus aguas.
Carapan fue el asentamiento de una importante civilización prehispánica. Allí se han encontrado objetos arqueológicos correspondientes al horizonte Clásico [200 a.C. a 900 d.C.), así como códices pertenecientes al horizonte Postclásico (900 d.C. a 1521 d.C.).
Entre los hallazgos arqueológicos de Carapan, se encontraron cerca de 80 objetos completos en asociación con abundante cerámica fragmentada y grandes módulos de obsidiana dispuesta como materia prima. Se percató que el lugar donde los objetos fueron encontrados está situado muy cerca de una terraza artificial, con una ligera elevación en su parte central apenas perceptible por la vegetación de cultivo; de esta parte, se recolectó cerámica de superficie diferente a la asociada con los objetos de molienda. Esto lleva a considerar que esos objetos se identifican con un mercado dado que Carapan en la época prehispánica también fue, como ahora, un cruce importante de caminos y por tanto de intercambio comercial.
El Códice Plancarte hace remontar hasta el siglo XIII de nuestra era la fundación del pueblo de Carapan, arguyendo que todos los reyes tarascos, desde Iré-Ticáteme hasta Caltzontzin Tzintzicha Tangáxoan, les dieron posesión de sus tierras, montes y aguas.
Refiere también que los habitantes de Carapan estuvieron primero en un lugar próximo al cerrito de Patamban, después en Tzintzunantzícuaro y posteriormente en Cótiro, junto a los manantiales del río Duero; pero por parecerles mal sano para vivir aquel punto, se cambiaron río abajo, en su actual ubicación.
El mismo documento nos informa que en alguna ocasión, quizá a fines del Siglo XIV, el pueblo de Carapan había sido destruido, probablemente como resultado de las frecuentes guerras que tenían con los tecos, de habla nahua, que fueron los primeros pobladores de la región, antes de la llegada de los tarascos.
Desde la. Conquista y luego durante la Colonia. Cara pan perdió su jerarquía frente a Chilchota a partir del momento en que el encomendero de Hernán Cortés para esa región se asienta en Chilchota.
En 1589, sin embargo, el nuevo Gobernador indígena de Pátzcuaro, don Pablo Cuiru, hizo una visita oficial a Carapan para que todos los pueblos indígenas siguieran reconociéndolo como cabecera política y religiosa. En esa ocasión también fueron invitados el alcalde, los regidores y demás oficiales del cabildo de Chilchota, quienes suscribieron también el acuerdo de seguir considerando a Carapan como la cabecera de la región.
No obstante, otros acontecimientos marcaban el destino de ambas poblaciones: desde 1560 el templo de Chilchota aparece elevado a la categoría de parroquia, atendida por un sacerdote que tenía jurisdicción religiosa sobre los demás pueblos de la Cañada y desde 1579, en la Relación Geográfica levantada por el Corregidor de Chilchota, este pueblo figura como cabecera política y todos los demás quedaban sujetos a su autoridad.
Esta situación colocó a los indios de la región en una situación comprometida, ya que dependían al mismo tiempo de dos autoridades distintas: por un lado tenían que obedecer al Corregidor español, radicado en Chilchota, y por el otro tenían que obedecer al Gobernador indígena de Pátzcuaro, cuyo representante radicaba en Carapan. A la postre. Chilchota obtendría la supremacía política y religiosa de la comarca. A partir de 1589 se designó un Gobernador indígena en Chilchota, que ejercía su respectiva autoridad sobre los demás pueblos de La Cañada.
Los beneficios de don Vasco de Quiroga llegaron también a Carapan cuando éste señaló para sus habitantes los oficios relacionados con la producción de cobijas y tejidos de lana.
En la Relación de Chilchota, redactada por don Pedro de Villela en 1579, se asienta que Carapan contaba entonces con 150 vecinos casados, con una iglesia y con un hospital.
Durante la época independiente en México, según el Análisis Estadístico de la Provincia de Michoacán en 1822, San Juan Carapan es un pueblito de la Congregación de Chilchota, una y media legua al sur de Purépero; frío de temperamento por estar ya en la Sierra, que produce trigo y maíz, y cuyos vecinos se ocupan de la agricultura. Se registró entonces que contaba con 129 hombres solteros, 91 casados y 6 viudos, y con a 108 mujeres solteras, 91 casadas y 20 viudas, haciendo un total de 445 almas.
En el porfiriato se estableció la municipalidad de Chilchota, con esa población como cabecera y a Carapan se le asigna la categoría de tenencia. Para entonces la población ya contaba con 1,169 habitantes, una escuela particular con 25 educandos a los que se les enseñaba rudimentos de lectura, escritura, aritmética y religión. A partir de 1887 se creó una escuela pública de instrucción primaria.
Texto del equipo editorial de Entorno. Fotografías de Alberto Vázquez Cholico.
MUY BUENA RECOPILACION, FELICIDADES POR TU ARTICULO
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