domingo, 31 de enero de 2010
Textos Inspiradores III
Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol.
Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano.
Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos.
Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda.
Si el hombre no ha descubierto nada por qué morir, no es digno de vivir.
Nada se olvida más despacio que una ofensa; y nada más rápido que un favor.
La violencia crea más problemas sociales de los que resuelve.
Nada que un hombre haga lo envilece más que el permitirse caer tan bajo como para odiar a alguien.
Una nación que gasta más dinero en armamento militar que en programas sociales se acerca a la muerte espiritual.
Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos.
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